lunes, 9 de enero de 2012

TRES CUATRO. Por Alejandro Murzuflo.

...Tres cuatro, tres cuatro. A su espalda. Maniobra de evasión. Veo el punto en su nuca. Van a disparar. ¡Por dios, sargento, déme la orden,  que lo van a matar!...

Me mira con su diminuto ojo rojo como si con él no fuera la cosa. Desde hace quince días siempre igual, a las siete de la mañana me despierto con su luz inhumana apuntándome en la cara, desafiante, impertérrito. No sé por qué tiene que tener un despertador una luz roja que te deslumbre para despertarte. Odio estos regalos inútiles comprados a última hora en el VIP por compromiso. Son, además de caros, de dudoso gusto. Mañana mismo te devuelvo. Y si no encuentro el ticket, a la basura... No, no, mejor te guardo hasta San José y te vas de cabeza a la falla de debajo de casa.

...¡Sargento, Charlie está por todas partes!, menos mal que Meatloaf, el pitcher de los New York, está con nosotros...

5 comentarios:

  1. Este es realmente loco, loco,...¡pobre Charlie! jajajaja. Creo que todos somos un poco Charlie, cuando nos suena el despertador por la mañanas, ya sea con uno de luz roja o sin ella.

    Este me ha encantado, Eufrasio.

    ResponderEliminar
  2. Yo un día pensé que los números del reloj eran unos ojos rojos que me miraban y no veáis que susto, desde ese día me despierto con el móvil, tiré el radio reloj a la basura, jajajaja

    ResponderEliminar
  3. Me gusta tu cuento, Eu, pero siempre hay algo que no acabo de entender: ¿Meatloaf no era un grupo de rock, qué hace de pitcher de los New York?

    ResponderEliminar
  4. Yo suelo despertar a mi despertador y eso que no tiene luz roja. Buen tema para un relato el del despertador!!

    ResponderEliminar
  5. Yo no sé si lo he escrito bien pero con "Charlie" quería referirme al ejército rojo vietnamita (creo que así es como lo llamaban los yankees)

    En efecto Amparo. Meat Loaf era un cantante de rock de principios de los ochenta. No sé inglés pero creo que quiere decir "cacho carne" porque estaba bastante grueso, pero quería referirme a un soldado como un trozo de carne, carne de cañón... por ahí van los tiros.

    Los que sólo dormimos cinco o seis horas como mucho, al día, necesitamos un despertador, aunque mi despertador es la gasolinera de bajo de casa. Rectifico, el conductor de la cisterna de gasolina que todas las mañanas me despierta a las seis a ritmo de canciones silbadas de Camela a pleno pulmón. Como si fuera del mismo coro Bolshoi recién venidos de Novosibirsk, oiga.

    ResponderEliminar