martes, 19 de febrero de 2013

El sueño de Helen More



Cuando despertó, el revólver todavía estaba allí.

Helen había vuelto a soñar que Lee le traicionaba sin cesar con otras mujeres, que nació infiel, vivía infiel y merecía morir siendo infiel y no de otra forma.

Introdujo el arma en su bolso, se puso el abrigo y salió a la fría noche de New York. El taxi no tardó en llegar al Slug’s, donde el portero, al reconocerla, le franqueó el paso. Lee, entre pase y pase, estaba en la barra fumando y apurando una copa, mientras comentaba amenamente a unos admiradores la historia del tema “Lover Man” con el que había concluido su anterior actuación. Helen se acercó, sin mediar palabra apartó a los demás tertulianos y descerrajó un certero tiro sobre su hombre. Cuando Lee cayó al suelo Helen soltó el arma, se arrodilló ante él y con lágrimas en sus ojos le susurró: “Esto ha sido por nuestro bien, Lee. Te lo juro, lo he hecho porque te amo”.

LEE MORGAN (10.07.1938 – 19.02.1972) - In Memoriam

Edward Lee Morgan fue uno de los más talentosos trompetistas de la historia del jazz. Nacido en Filadelfia el 10 de julio de 1938, fue asesinado por su  pareja de hecho Helen More el día 19 de febrero de 1972. Solo tenía treinta y tres años de edad. Helen, trece años mayor, le disparó mortalmente en el interior del Slugs’ Saloon (situado en el East Village de Manhattan), donde estaba actuando, por una cuestión de celos. Lee murió desangrado mientras esperaba la llegada de un servicio de ambulancia reacio a entrar en aquel peligroso barrio.
Helen fue ingresada en un sanatorio mental y murió de un ataque cardíaco en 1996.

Ante el 41 aniversario de su muerte, he aquí un merecido homenaje a este excepcional músico. En esta grabación de 1961, Lee apenas tenía veintidós años.

4 comentarios:

  1. Muy bueno e ilustrativo y preciosa música. Gracias.

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  2. Me ha gustado mucho tu homenaje a Lee Morgan. A la vez que leemos tus textos nos das a conocer personajes que, por su valía, deben ser recordados. Excelente trompetista, no lo conocía.

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  3. Cuando despertó... No sé de qué me suena. Un placer leerte con esa compañía musical de fondo.

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