Mi
marido me regaló a Brandon 581 serie C para nuestro tercer aniversario. Me dijo que era
muy fácil de manejar y que con él me sentiría mucho más segura. Los asaltos a
las colonias de la periferia eran cada vez más numerosos y yo pasaba mucho
tiempo sola.
El
curso de especialista en manejo de androides duró tres semanas que se me
hicieron larguísimas, pero valió la pena, sí señor. Brandon no tenía nada que
ver con los cyborgs de mis amigas. Para empezar, el contacto con la silicona
orgánica que recubría sus miles y miles de conexiones era cálido y placentero. Su
voz no contenía los efectos metálicos que tanto molestan al oído del hombre. Pero lo mejor era su mirada. Era
más que humana: traspasaba el alma. Se anticipaba a todas mis decisiones, me
adivinaba el pensamiento y pasó a convertirse
en mi mejor apoyo.
Ahora
Truman, mi marido, se encuentra en uno de los asentamientos marcianos. Pasará allí una larga temporada, pero desde que estoy con Brandon ya nada me importa. Cuando estoy trabajando en mi despacho, él
vigila todo el perímetro de nuestra residencia, ajusta las alarmas, la
temperatura y regula los niveles de radiación solar. Cuando termina, me trae
una infusión de té verde de cultivo hidropónico, siempre en su punto, para que
no me queme los labios, después me escanea de arriba abajo: temperatura
corporal, niveles de colesterol, tensión arterial… No se le escapa nada, ya me
cuidé yo de programarlo como a mí me gusta. Hoy me ha notado cierta excitación. Yo trataba de disimular, pero está tan bien entrenado… Me
ha tomado entre sus fuertes brazos y no ha dejado de acariciarme en todos mis
puntos más sensibles ¡Me ha hecho llegar hasta lo más alto! Lo mejor de todo es
que después, no se queda dormido como Truman, podemos seguir juntos hablando de
esto y aquello, se muestra interesado en mi conversación y
hasta me da ideas de cómo mejorar en mi trabajo… ¡Cómo me gusta
la serie C!
Jaja, que me manden uno de esos. Muy bueno, Amparo.
ResponderEliminarPatidifusa estoy, menudo registro futurista!! Yo no sé hacerlo. Muy bueno, mándame una temporadita a Brando, Truman que siga en MArte,
ResponderEliminarJajajaj, vale!!
EliminarMe has dejado con la boca abierta Amparo. ¡Muy bien contado! Yo también quiero a esa maravilla, a ver si acabo con las obras. Me ha gustado muchísimo
ResponderEliminarGracias Fina. Acaba con las obras y ponte a escribir, que te echamos de menos. Un abrazo.
EliminarPero bueno, ¡qué peligrosas sois todas!
ResponderEliminarMuy bueno, Amparo, es genial. Felicidades.
Gracias, Rafa.
EliminarYo también me pido un Brando.Has descrito a la pareja ideal,jeje.Bromas aparte,me ha gustado mucho el relato.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Mª José.
Eliminar