Los celos me estaban matando, te seguí bajo la pertinaz llovizna hasta que entraste.
¿Qué había en ese edificio?
¿Porque que caminar con tu paraguas y tu impermeable en esta
mañana tan fría?
Mi intuición no podía fallar, saliste a hurtadillas pensando
que dormía. Me vestí con premura y te seguí, mi mente urdió mil historias,
desencajado y lloroso trataba de adivinar con quien te verías, ¿Mi amor no te
bastaba? ¿Él sería más joven que yo?
La tapia era alta y no alcanzaba a ver dentro, debía hacer
algo, se me ocurrió trepar sobre mi rodado, así llegaría seguro. No contaba con
el piso mojado.
Enredado entre el paraguas, la bicicleta y el tremendo dolor
del golpe te vi salir, sorprendida al verme en tamaña situación, no podía
levantarme, debiste ayudarme. Avergonzado, sin poder articular palabra tomé
entre mis manos al cachorro que se arrebujó en mi pecho.
Era mi regalo de cumpleaños…
Los celos, los celos, Luis Molina, ¿por qué los humanos somos tan complicados? Un buen relato.
ResponderEliminarMuchas gracias Lucrecia. nunca sabremos porque somos así.es nuestra esencia sin duda
EliminarGran micro amigo. Con esas notas de humor negro que tanto caracterizan tu obra.
ResponderEliminarAbrazo Luis.
Muchas gracias amigo, apenas Rafa subió la foto se me ocurrió este micro, sabes que me gusta el humor.
EliminarTe dejo un abrazo.
Si que lo sé Luisito. Nos conocemos hace tiempo ya y por eso lo compartí en Google. Ha gustado tambien. Es muy bueno. Te lo comento por si no lo viste.
EliminarAbrazo mi buen amigo.
Qué bonito y tierno!!! Pero en qué tremendos líos nos pueden meter los celos... Muy bueno Luis, muy bueno tu relato.
ResponderEliminarAbrazos.
Uno de los peores sentimientos humanos, los celos, que no son más que avaricia en estado puro o envidia dependiendo del extremo de la cuerda en el que te encuentres...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Los celos pueden llevar a situaciones así, muy cierto. Un tierno final para tan angustiosa expectación.
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