martes, 6 de noviembre de 2012

La búsqueda



El reloj dio las cuatro cuando apareciste tras el cristal del local donde cada tarde  esperaba. La decepción no tardaba en hacer acto de presencia tras conversaciones  que se perdían en el aire sin dejar ninguna huella. Buscaba un hombre capaz de despertar mis sonrisas, de sacarme de un letargo que empezaba a pesarme demasiado. Tomé cuatrocientos diecisiete cafés exactamente hasta que te encontré y entonces decidí dejarlo, me estaba arruinando el estómago y la paciencia. Ahora compartimos té verde y la ilusión de caminar juntos hacia el lugar que inventen nuestros pasos. 

17 comentarios:

  1. Muy bonito y esperanzador, no todo han de ser relaciones rotas. Me alegro por lo del té verde, es sanísimo.

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  2. Me ha gustado. Siempre es bonito encontrar a alguien con quien seguir adelante.

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  3. Respuestas
    1. Lo del "jeje" ¿es por los cuatrocientos diecisiete cafés? Me extraña que nadie diga nada. Gracias, Wis.

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    2. Si. Lu, jajajja. Me sacaste la sonrisa con eso.

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  4. Muy rica la descripción de una espera. Me ha gustado.

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  5. Me gusta, Lu, cuando al final de todo uno se dice a sí mismo que la espera ha merecido la pena.

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    1. Gracias, Manuel, en estos delicados asuntos conviene no precipitarse.

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  6. "La ilusión de caminar juntos hacia el lugar que inventen nuestros pasos", una frase que lo dice todo. Me ha gustado mucho Lu.

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    1. Gracias, Fina, así es la vida, un invento que no debemos perder de vista.

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  7. Por cierto, ¡¡¡Un abrazo fuerte para tod@s!!!

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  8. Me encanta, sobre todo el final!! Qué romanticonas somos!!

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  9. ¿Por qué "exactamente" 417 cafés, Lu?
    Otro micro lleno de esperanza. ¡Qué bien! Se lee con agrado.

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  10. Pues no sé lo que se entiende pero yo he supuesto que la protagonista queda cada día con alguien nuevo (contactos de internet, p.e.) hasta que encuentra a su hombre. Y ha contado exactamente 417 citas fallidas. el número, uno cualquiera. Besos.

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