miércoles, 14 de noviembre de 2012

ONIOMANIA



Decía que salía a dar un paseo, pero siempre regresaba a casa cargada de bolsas de las tiendas más caras de la ciudad. Los seis armarios de su casa, ya no daban más de sí, hasta el punto, que tuvo que añadir otro más en el salón. Los llenaba de prendas de suave lana y piel de todos los colores y tamaños.
Lo peor llegó cuando su hijo, al abrir la nevera, la encontró vacía; no había nada con qué preparar algo de comer. Pidió dinero a su madre para encargar una pizza a domicilio y ella le respondió que no le quedaba nada “suelto”.

Con el estómago vacío, decidió visitar a su padre que permanecía en un sanatorio de desintoxicación. Estaba saliendo de su adicción al alcohol y parecía que lo estaba consiguiendo. No le quiso preocupar y dijo que en casa estaba todo bien.  Cuando salió, se encontró con el médico que lo trataba y le habló de su madre mientras su estómago se quejaba en voz alta. Preocupado, el doctor se llevó al chico a la cafetería y, mientras devoraba un bocadillo de jamón, siguió contando detalles sobre la obsesión de su madre y quedó en volver otro día con ella.

Regresó a casa más tranquilo. La encontró mordiéndose las uñas mientras veía en la tele “Sálvame de luxe”. Los paquetes permanecían desparramados encima del sofá y él mismo, comenzó a destaparlos: una chaqueta de suave cuero  marrón, un suéter de cachemira aquí, un pañuelo de seda allá, unas botas de ante color cámel…

                                                            ***

  - Oniomanía *- Pronunció el médico.
 - Es una adicción tan fuerte como cualquier otra y necesita ser tratada. El problema es que todavía se están probando las terapias. Ella, incrédula, comenzó a reír a carcajadas. Estaba tan molesta por la opinión del doctor, que salió de la consulta sin pronunciar palabra. 
  -El afán de tu madre  en amontonar prendas de cuero y de lana podría interpretarse como un síntoma de falta de cariño y contacto humano. Le reconforta el roce  con la piel y la lana, se siente segura arropada por esas prendas, quiere acariciarlas y sentirse acariciada. Se siente bien recibiendo los halagos de esos vendedores tan atentos que la llenan de piropos y de frases bonitas.
 - Doctor, si le sirve de algo, mi madre creció en un orfanato.






*Oniomanía se denomina en psicología al “Síndrome del comprador compulsivo”. Este relato está basado en un caso real tratado en un hospital de la provincia de Alicante.






14 comentarios:

  1. ¡Que triste Amparo! La falta de cariño es motivo de muchos trastornos. La historia está muy bien contada y si es basada en la realidad, más triste me resulta

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    1. Sí, la foto me sugirió lo del síndrome del comprador compulsivo, me metí en el google a investigar un poco y me encontré con una historia similar.

      ¡Gracias, Fina!

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    2. No es tan triste. Seguro que él ya no bebe. Ya no le quedó dinero en la cuenta corriente porque como se lo había gastado todo ella...
      Hay casos peores...

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  2. Bien hecho, Amparo. ¿Por qué será que a muchas nos gustan la lana y la piel suave y si no vamos de compras es porque no podemos? Creo que desvarío, no me hagas caso.

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    1. No desvarías. Imagino que el caso era el de una familia "pudiente", posiblemente él sería gerente de algún negocio que le permitía estar en algún lugar para desintoxicarse. Ella, en su ausencia, en lugar de "echarse al alcohol o a las drogas", se echó a las compras. Existe más de lo que creemos.

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  3. No conocía la palabreja. Muy bien, Amparo!!

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  4. Me gustaría resaltar la madurez del hijo. En el resumen que leí, no especificaba la edad, pero, desde luego, tenía la cabeza bien amueblada, como se dice ahora.

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  5. Impactante descubrir ese tipo de síntomas y lo comunes que son. Y estoy de acuerdo contigo con resaltar la madurez de un hijo capaz de afrontar esos problema. Muy bueno!!!

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  6. Es un relato muy bien contado, Amparo. Su lectura es amena, tiene buen ritmo.

    Atención al verbo "salir" en los dos primeros párrafos.
    Un abrazo fuerte.

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    1. Gracias Geli. Sí he repetido demasiadas veces el verbo "salir", voy a corregirlo.

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  7. Impresionante Amparo, me parece durísimo el tema... Me ha gustado mucho. Un beso.

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  8. No sabía como se llamaba esa enfermedad. Gracias, Amparo. Me ha gustado leerlo

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