miércoles, 7 de noviembre de 2012

RABAN (Mi homenaje a Kafka)

Soy un admirador de Kafka, sus escritos, no sé por qué, aunque me producen una terrible incertidumbre, como de salirme de mi tiempo y realidad, me atraen mucho. Hace tiempo escribí esto, es un experimento personal, basándome en su forma de entender la realidad, aquí os lo dejo para que me digáis qué impresión os produce pues me interesa saberlo, tengo mucha curiosidad. Es, a su vez, un pequeño homenaje  al inmortal judío Checo.


I
Aquella tarde caminaba con mi hermana cuando, al pasar junto a una puerta y a pesar de sus protestas, decidí llamar al timbre. Entre risas traviesas, nos alejamos del lugar aceleradamente.
Al poco tiempo, salió de la casa un tipo mal encarado y algo alterado, siguió nuestros pasos hasta darnos alcance, posó la mano sobre mi hombro y me obligó a girar de manera brusca.
-¡Joven! –dijo- ha llamado usted a mi casa sin motivo alguno.
-Sólo era una broma-. Respondí.
-¿Una broma? –Gritó el tipo- ¿Confirma eso que llamó a mi casa sin motivo alguno?
-Le repito que solo era una broma.
El tipo bufó y alzó sus ojos al cielo.
-¡Intolerable! ¿Sabe usted?, debido a su estúpida broma me he visto obligado a salir de la casa para detenerle, con la debida pérdida de tiempo que ello conlleva. ¿Cómo justificará esa pérdida que me causa? ¿Acaso su broma me lo hará recuperar?
Mi hermana se puso muy  nerviosa; aquella broma, aparentemente inocente, tomaba tinte desagradable.
Comenzamos a caminar, tratando de ignorar al tipo pero éste no parecía resuelto a dejarnos escapar tan fácilmente.
-¡Tendré que demandarles! –alzó la voz mientra nos seguía- Esto no puede quedar así. Esto no debe quedar así. Nadie tiene derecho a provocar que pierda mi tiempo. ¿Comprenden? ¡Nadie!
Ella comenzó a llorar, frené la carrera y me enfrenté de nuevo a él.
-¡Escuche!…tal vez lo hice sin sentido alguno…así que me disculpo. ¡Sólo pretendíamos divertirnos!
-¿Divertirse? ¡Eso es lo peor de todo! –Mortificó el perseguidor- Lo hizo sin sentido alguno, sin propósito alguno y su “sin sentido” da sentido a mi indignación. No acepto sus disculpas, joven. Un juez deberá decidir sobre este caso. Sobre la forma en que usted reparará el inevitable daño causado a mi tiempo útil.
-Está llevando las cosas demasiado lejos-. Le señalé con el dedo.
-¡Tan lejos como sea necesario para recuperar mi tiempo perdido!-Bufó el tipo, alzando sus brazos.
-¡Señor K…! –Gritó alguien al fondo- ¡Debe volver a sus obligaciones!
K… abrió los ojos de par en par.
-Mis obligaciones… ¡Claro! ¡Mis obligaciones! Mire lo que ha conseguido con su broma…su “sin sentido” me ha apartado de mis obligaciones… ¡El juez decidirá!
El tipo se alejó a grandes zancadas.
Tendí un pañuelo a mi hermana.


II
-¿Es usted consciente –me decía el abogado de la acusación- del daño causado a mi cliente?
El jurado esperaba mi respuesta con cara de pocos amigos. El juez jugueteaba, aburrido, con su martillo.
-Lo hice sin intención alguna de  molestar, ¡se lo juro!
-¡Esto es intolerable! –K…saltó de su asiento- ¿Imaginan ustedes el daño que podrían causarnos si toda una jauría de estos tipos se dedicasen a llamar a nuestras puertas y destruir nuestro tiempo? ¡Exijo un castigo ejemplar!
-Estoy con usted-. Apoyó la acusación.
-Siéntese, por favor –dijo aburrido el juez, dejando el martillo sobre la mesa y clavando su mirada en  K...
Miré a mi hermana, sus ojos bañados en lágrimas no dejaban de pedir clemencia ante el tribunal por mi acción.
-¿Y su abogado defensor?- Preguntó el juez.
-No ha podido o no quiere venir- dijo, divertido, la acusación- ¿quien quiere defender a un tipo como este?
- No podemos alargar más el proceso por lo que nos remitimos al veredicto del jurado.
El juez dio paso a los miembros del jurado. Se retiraron a deliberar y, al poco, regresaron con el rostro mustio.
-Es evidente –dijo el vocal- que su acto merece toda nuestra reprobación, lo prueba que  su defensa no aparezca ni dé la cara por usted; así que, por el daño causado al señor K…y en prevención del que pueda causar a la sociedad en un futuro, este jurado le declara: culpable.
-¡Pues no se hable más!–Sentenció el juez con un martillazo.
Quedé solo en la estancia. A mi lado, dos tipos de negro con sombreros posaron sus manos sobre mis hombros.
-Vámonos, todo está dicho.
Mi hermana lloraba. Por pura piedad, uno de ellos me permitió besarla, después, atravesé la sala  del juicio hacia un incierto castigo.
El tiempo, el tiempo, ¿cómo se me ocurrió robar el tiempo?...

15 comentarios:

  1. Jo, Manuel, parece que cuelgas textos justo cuando yo los necesito. Hoy hablé de eso, del tiempo. Para mí es más importante que las cosas materiales de este mundo. Y vas tú y cuelgas esto. A mí también me encanta Kafka y me lleva a esos mundos extraños. A veces yo también me siento extraña.

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    1. Jejejej. ¿Telepatía, Wiss?
      El tiempo es nuestro completamente y es, además un bien que no podemos recuperar por eso hay que ser muy cuidadoso en su utilización. Se nos concede desde el día del nacimiento y nosotros, sólo nosotros, lo gestionamos.

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  2. Es cierto, somos muchos los kafkianos sin obra, como decía un profesor que tuve. De todas formas creo que eso de robar el tiempo debería estar penado por la ley ¿no te parece? No sé si estoy exagerando pero a mí me molesta mucho también que me lo roben. Me ha gustado mucho el relato, Manuel.

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  3. Completamente de acuerdo, porque el tiempo es una línea que solo nos lleva hacia adelanta, todo lo que nos distraiga o impida hacer algo en esa recta es denunciable...porque no podremos recuperarlo más.
    Sabes de las tres novelas de Kafka, dos de ellas quedaron sin terminar: América y El castillo..lo que produce aún más incertidumbre. Hace poco compré un volumen con sus cuentos completos. Una maravilla.

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  4. Gracias, Manuel, tengo que releerlos. Yo tengo por ahí un relato inspirado en Kafka pero es muy sencillito, voy a ver si lo encuentro.

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  5. Me ha encantado tu homenaje a Kafka. Está muy bien relatado, Manuel y he llegado a la conclusión de que tengo que leer ese libro que has nombrado con sus cuentos completos. Hace demasiado tiempo que no leo nada suyo. ¡Gracias!

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  6. Pues claro que sí, Amparo, kafka tiene "algo" que engancha.
    Por cierto, otro libro que aconsejo suyo: Cartas al padre, un testimonio desgarrador y profundo.

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  7. Jo amigo!!! Hablaste con el maestro... Actual como nunca... Tu texto rezuma la expresividad de lo absurdo y la alienación de vida en su más pura esencia… Muestras esa manía persecutoria tan Kafkiana… Todo ello, relatado a la perfección... Me ha gustado mucho...

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    1. Es lo que me gusta de él, que nunca sigue un orden lógico y siempre hay una enorme incertidumbre en ellos; creo que era un fiel reflejo de su vida misma. Muchas gracias, Mer.

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  8. Querido Manuel, ¡qué bien se lee tu homenaje a Kafka! Mi más sincera enhorabuena.

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  9. Muchas gracias, Geli.
    Lo escribí hace tiempo y tenía ganas de compartirlo para ver qué tal salía, me encanta que haya sido aceptado por vosotras.
    Un abrazo, amiga.

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  10. Mis más sincera enhorabuena Manuel. ¡Me encanta!

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  11. Me ha recordado también a los hombres grises de Momo, de Michel Ende, emperrados en robar el tiempo a los humanos y en ahorrarlo. Pero yo me pregunto ¿qué hacemos con el tiempo perdido, ese que ya no se recupera y que pensabas que tenía un futuro? Bueno, demasiado difícil. Me ha gustado tu idea y cómo la desarrollas. Enhorabuena por el relato!!

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  12. Muchas gracias, Fina y Malén.
    Creo que lo único que nos queda por hacer con el tiempo que perdimos es pensar en qué podríamos haberlo empleado mejor, caso de haberlo derrochado, claro está.

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