Mañana seguiré el camino,
Nada tengo preparado,
Ni camisas, ni faldas, ni anillos para
mis manos.
Ya pesa el tiempo en mis párpados
Y se arquea mi espalda
Con vocación de arco para tus flechas.
No hay nada a punto.
Habrá un cuándo, un dónde y un porqué
Y allí estaré yo,
Prisionera del destino.
Nada tengo preparado
Si no es este deseo de atardeceres,
De noches de luna,
De mañanas soleadas y de tiempos
venideros.
Muy bonito (hay una erratilla en a punto, creo).
ResponderEliminarY una sugerencia: yo suprimiría dos palabras: en serio, así además se repite el segundo verso (ya sabes que con las repeticiones también se da ritmo a la poesía).
Muchas gracias, Vicente, voy a seguir tus sugerencias a ver cómo queda.
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