jueves, 5 de septiembre de 2013

Secretas fantasías



Lavinia nunca había sido muy afortunada con los hombres. Después de dos fracasos matrimoniales, conoció al que parecía ser el amor definitivo de su vida, Alberto: se amaron, compartieron tiempo y aficiones, se rieron juntos, lloraron al mismo compás… Parecían la pareja perfecta. Vivieron años de dicha hasta que un buen día él empezó a hablarle de sus más secretas fantasías. Deseaba verla con otro hombre. Ella al principio se lo tomó a broma, introducían a ese tercero en sus diálogos amorosos y creía que eso sería suficiente para él, pero Alberto seguía insistiendo y le pedía que lo hicieran realidad. Ella le dijo que le dejara tiempo, no quería compartir su intimidad con cualquiera, tenía que encontrar a la persona adecuada, alguien al que de verdad pudiera desear. Así que se esforzó en mirar a su alrededor y estuvo muy atenta a la búsqueda de un varón que pudiera despertar sus afanes. No era fácil, una mujer cuando se enamora suele permanecer ciega a los encantos de los demás mortales. Lavinia se esforzó, imaginó, desechó a uno, descartó a otros… Cuando estaba a punto de tirar la toalla, apareció Ernesto en su horizonte vital, sintió un revoloteo en sus emociones y empezó a frecuentarlo y, poco a poco se fue prendando de él. Y sí, al poco tiempo surgió la intimidad entre ellos pero fue exclusiva y dejó a Alberto compuesto y sin trío y muerto de rabia por la pérdida de su gran amor.  

10 comentarios:

  1. Por querer abarcar tanto... Alberto se quedó compuesto y sin novia... Qué tontos que son algunos! Muy bien Lu, ya veo que te estás lanzando. A ver si la próxima soy yo, que ando con uno entre manos(relato, se entiende)y ahí estoy estancada.

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  2. Jaja, ¿así que andas con uno entre manos? Tu aclaración delata tus sentimientos inconscientes.

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  3. Jolín, vaya racha!! Ya no te puedes quejar del abandono de las musas, todo es ponerse...Sigo sin ordenador y sin escribir comentarios.
    MAlén

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  4. Gracias, Maga. Necesitas urgentemente una reparación o un ordenador nuevo. Te echamos mucho de menos. Un abrazo.

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  5. Olé, Lu. Como dice Malén, todo es ponerse.
    Me ha gustado tu relato, este Alberto ¿se las quería dar de Grey? Porque le salió el tiro por la culata...

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  6. E inevitablemente surge la pregunta: ¿Por qué somos tan tontos los hombres?.
    Me encantó el micro, Lucrecia. Un abrazo

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  7. Gracias, Reca. Me gustaría tener la respuesta a tu pregunta pero no es así. Un abrazo.

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  8. Si es que un trio, no es nada bueno... Muy simpática la historia Lu.

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