Querida Julia:
Perdona que me despida de esta
forma tan extemporánea e impersonal, pero prefiero evitar cualquier tipo de
discusión y, sobre todo, asistir a esa dramática escena de afectación y llantos
que tienes ensayada y ejecutas, en detrimento de mis nervios, con soberana
maestría.
La nuestra no ha sido una relación
perfecta, siempre tuvo sus altibajos, momentos dulces y amargos; pero no se
puede decir que fuese distinta a la ejemplar relación que mantiene cualquier
otra pareja. Y aunque te quiero y siempre te llevaré en el alma, la
ciencia me exige ahora el doloroso sacrificio de esta separación.
Tú sabes perfectamente que la
investigación lo es todo para mí. Es mi pasión y es mi vida. El profesor Wert
me ha invitado a viajar al futuro en la máquina del tiempo que ha inventado.
Somos un distinguido grupo de personas las seleccionadas para transitar hasta la España del próximo siglo. Según el profesor, que ha evaluado
variables, establecido conjeturas y resuelto multitud de ecuaciones de extraordinaria
dificultad, llegaremos a un próspero país donde todo el mundo tendrá trabajo y
será feliz, donde no existirá la pobreza ni la discriminación, donde un
Gobierno justo y honrado se preocupará de los necesitados. Un lugar donde apenas
se pagará impuestos y los servicios serán magníficos, donde la sanidad y la
educación tendrán carácter público y gratuito. En ese sitio y en ese momento se
utilizarán energías baratas, no contaminantes, y por añadidura los científicos
tendremos un papel predominante y decisivo.
Ojalá pudiera escribirte cuando
aterrice en el año 2013, o volver y narrarte las excelencias que el futuro
deparará a nuestros descendientes. Sin embargo, por ahora la máquina de Wert solo está
disponible para desplazarse hacia adelante. No obstante todos confiamos en que
cuando la perfeccionemos en nuestro destino, valiéndonos de la tecnología del
futuro, serán posibles los viajes en ambos sentidos.
No llores, Julia, estoy convencido
de que volveremos a vernos, no sé cuándo ni dónde, pero sé que nos reuniremos y
nos amaremos de nuevo.
Despídeme de los niños, cuéntales
que su padre ha desaparecido persiguiendo un sueño, que les quiere y regresará
el día menos pensado para compartir con ellos un colosal patrimonio de
sabiduría y el cariño acumulado durante años.
Sabes que no te olvidaré, mi
adoración por ti permanecerá inalterable en cualquier circunstancia. Cuídate.
Un gran beso, querida Julia.
Alberto
Yo también me apunto!!
ResponderEliminarO no me explicado o no me has entendido, Malén. Alberto viaja desde una época indeterminada del siglo pasado hacia el año 2013 pensando que se va a encontrar un país ideal, solo que el profesor Wert había hecho mal sus cálculos.
ResponderEliminarPero me gustaría apuntarme a ese viaje hacia el mundo ideal!!
EliminarBien escrito. Quizá yo hubiera hecho que la carta o una copia de ésta la leyera un vagabundo, en lo que se habría convertido el lector de esa carta que la guardaría como el mayor tesoro que nunca tendría. De ese modo comprobaríamos que la realidad no era la que se esperaba. El relato está escrito con corrección aunque esa visión negativa debería plasmarse, en mi opinión, claro. Y ahora en broma.... Coño!!! es que estaba claro que se iba a equivocar!!!, que se llama Wert!!!. Un saludo, Rafa.
ResponderEliminardonde dice lector, quise decir autor.
EliminarGracias por leer, José Luis. Muy acertada tu visión y lo de Wert está puesto a propósito, claro.
ResponderEliminarEl título lo dice todo, Rafa. Está muy bien escrito y yo el tono negativo al que se refiere José Luis lo he notado ya desde el segundo párrafo y, por supuesto, al leer el apellido WERT.
ResponderEliminarUn abrazo
Con un Wert por medio, la cosa no podía funcionar bien... Gracias, Amparo. Un abrazo.
EliminarMe ha gustado, Rafa, y queda claro el sentido. Una pena que hayamos llegado a este estado de cosas en el siglo XXI. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Lu. Y enhorabuena por lo tuyo.
EliminarGenial Rafa, verdaderamente genial.
ResponderEliminarGracias, Pumu. Genial no, pero se intenta, se intenta.
EliminarEsperanza ucrónica interesante la tuya... me recuerda alguna mía... Muy bien narrado y comentado. Más que una utopía, deberíamos esperar —si este gobierno sigue— una distopía.
ResponderEliminarUn abrazo, Per
PS: http://lokos-a-disfrutar.blogspot.com.es/2012/01/two-futures-seven-years.html
Esta gente no deja espacio para las utopías, son así de malvados. Gracias por leer y comentar, Per. Un abrazo.
EliminarRafa, excelente como siempre, pero hoy tengo que decir que no estoy de acuerdo. Esa maquina del tiempo no avanza, nos ha llevado a los años sesenta. A combatir la falta de trabajo y de medios con la emigración... Yo tampoco le daré las gracias a ese señor Wert.
ResponderEliminarUn abrazo.
Confiemos en que a los cerdos les llegue su San Martín, Reca. Y cuanto antes mejor. Gracias y un abrazo.
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