Llamó a su puerta y la encontró más guapa que el año
anterior. Le sentaba bien el reflejo de la luna aquella noche otoñal. Tenía
preparada la misma declaración de amor. Pero ella le puso un montón de
caramelos en las manos y lo mandó de nuevo a la calle.
Excelente, Pepe. A ver si animamos el blog.
ResponderEliminarHalloween y los amores infantiles. Bien conseguido, con cuatro frases y final inesperado.
ResponderEliminarMuy bueno!!
ResponderEliminarY divertido.
ResponderEliminarY divertido.
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