Fallo del concurso de microrrelatos Valencia Escribe/La Radio En Colectivo del mes de diciembre
Ganadora: CAFÉ PRODIGIOSO. Susana Gisbert Grifo, de Valencia
Cuando entré en su cuarto y vi el desastre que había,
estuve a punto de reñir a mi hija.
Pero algo en la cara de la niña me hizo retroceder, pese a las manchas de
líquido negruzco en su cama, su ropa y su libro de cuentos.
—Como
me dijiste que el café te quitaba el sueño, le di café a Aurora, justo antes de
que se pinchara el dedo.
No pude creer lo que veía. De su ejemplar de “La Bella
Durmiente” habían desparecido las páginas finales
—Así
no dormirá cien años ni tendrá que venir ningún príncipe a salvarla.
Sonreí y la abracé. Y ella me dijo que la princesa Aurora
había venido a darle las gracias en persona y a dejarle un regalo.
La creí. Desde entonces guardo como un tesoro el huso que
mi hija me entregó como prueba.
Primer finalista: PROFESIONAL. Ángel Saiz Mora, de Madrid.
Había suprimido a todo tipo de personas por encargo, sin
interesarse por conocer la causa. Cualquiera que abonase sus honorarios podía
contratarle. Él nunca fallaba. Esa frialdad, tan útil en su oficio, resultaba
un obstáculo insalvable para su vida sentimental.
Su pareja, que sentía que el dinero no era suficiente para
sostener la relación, no tardó en buscarse un amante. Ambos le hicieron llegar
el dinero, junto a los datos de su próximo objetivo. Como habían calculado, se
eliminó a sí mismo de forma eficaz, aunque sin prever que antes, con una
iniciativa desconocida en él, también terminaría con ellos.
Segundo
finalista: Bodega. Raúl Clavero, de
Madrid
Bajo al sótano. Atravieso después el larguísimo corredor
subterráneo. La luz se apaga justo en el instante en el que tomo la manilla de
la puerta. Siento un escalofrío. Doy un paso. Tropiezo. Nunca recuerdo el
maldito escalón que hay tras el acceso a la bodega. En la oscuridad oigo esa
risa infantil que me persigue desde hace unas semanas. Su eco tintinea entre
las botellas de amontillado. Hay un ruido de cadenas que se arrastran. Se
acerca. Noto su aliento. Ríe de nuevo y por primera vez me atraviesa. Río yo
también, nervioso, excitado por tener compañía. Al fin, después de tantos años,
ya no soy el único fantasma de esta casa.
Tercer finalista: ROPEROS SOLIDARIOS. Rafa Olivares, de Alicante
No le entusiasmaba en absoluto, pero, por no frustrar la
iniciativa benefactora que su hija le proponía al otro lado de la línea, le
dijo:
—Mira en el tercer cajón del armario grande del abuelo y
coge las camisas blancas, las que hace tiempo que ya no se pone.
—...
—Sí, esas, las que llevan en el pecho bordada la corona
encima de sus iniciales.
—...
—No, es igual, no te molestes, no le quites los gemelos de
oro con diamantes; pero cuando se las entregues, dile que en Europa hay muchos,
que el mes próximo vayan a pedir a otro palacio.
Me he llevado una gran alegría. Encantado de estar ahí.
ResponderEliminarGracias a La Radio en Colectivo y a Valencia Escribe por esta iniciativa.