domingo, 1 de enero de 2012

LAS TERRIBLES “BUTTER COOKIES” (Teterama - VII) Por Constantino Porfirogeneta.

Blanquitas, con cara de no haber roto nunca un plato; su aspecto angelical transmitía paz y serenidad, dispuestas en el plato con esa delicadeza tan estudiada. No podía dejar de mirarlas... sus cinco sentidos (bueno, cuatro, porque el tacto no quería participar, estaba enfadado esa tarde) se centraron en ellas. Mientras su mirada se fijaba en ellas su mente percibió cómo le decían (en realidad le gritaban) -¡cobarde, no tienes lo que hay que tener para comernos!- Y aquello estuvo durante toda la tarde martilleando su cabeza.
Un grito desgarrador del silencio que envolvía la tetería, pero  liberador para él, centró todas las miradas de los presentes. Aquello fue la gota que colmó el vaso. Se abalanzó sobre ellas y, sin masticarlas, las devoró al unísono, atento de que no se desperdiciara ni una sola miga, de que nada cayera al suelo (tampoco hubiera sido un problema).
Jadeante, en pie, y con la cara congestionada todavía miró desafiante a todos los presentes (nadie se atrevió a mirarle). Lanzó un alarido más terrible que el primero y su cuerpo se convulsionó revolcándose por el suelo, como poseído. A los pocos segundos su cuerpo se hallaba inerte en el centro de la tetería. Unas misteriosas risitas surgían de su interior. Todos las oyeron pero nadie quiso recordarlo nunca más.

6 comentarios:

  1. Conozco la sensación.Es la pura provocación de las Butter cookies.Me ha encantado.Feliz año,Eufrasio.

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  2. Jajajaja... buen acercamiento a esas "galletitas", Eufrasio.

    La frase "Un grito desgarrador del silencio que envolvía la tetería" me chirría un poco. Sugiero algo así como: "El silencio que envolvía la tetería quedó roto por.."

    ¡Muy divertido, como siempre!

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  3. Galletas asesinas, muy bueno, Eufrasio.

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  4. Tienes razón, Geli. Corregido. Gracias por vuestros comentarios.

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  5. Jo, yo me comí una pensando que serían buenas. ¿Habrá sido la ingestión de esa pequeña y aparentemente frágil galletita la culplable de todos mis posteriores males? Buen relato Diego e incluso ¿premonitorio para mí?

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  6. Es genial, qué miedo, como a mí me gustan, jijijijijji, bravo, Eufrasio.

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