sábado, 11 de febrero de 2012

Leocadia se va de vacaciones


Hace unos años, Leocadia hizo un viaje en barco con su tía Micaela y conoció a unos hermanos muy, muy simpáticos. Se lo pasó de muerte. Creo que incluso tuvo una aventura con uno de ellos. La historia empezó cuando Leo perdió de vista a su tía y la empezó a buscar por todas partes. Nada, ni rastro de ella. Acabó en un camarote muy concurrido donde hasta le hicieron la manicura. Ella entre tanto insistía preguntando por su pariente perdida, cuando Groucho le dijo en un aparte:

-Encanto, es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente.

-¿Ha visto a mi tía Micaela? -insistía ella.

-No pero es usted la mujer más bella que he visto en mi vida..., lo cual no dice mucho en mi favor.

- Parece usted un idiota y actúa como un idiota, lo cual no deja lugar a dudas, es usted un idiota -dijo Leo desafiante y a partir de ahí se hicieron inseparables. Él le confesó que había nacido a una edad muy temprana y ella le dijo, cuando acabó el viaje, que había pasado unas vacaciones estupendas pero que no habían sido esas. Creo que todavía se escriben con asiduidad.







8 comentarios:

  1. Lo del cuadro que encierra la segunda parte del relato es un misterio para mí.

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    1. Pues queda bien (lo del cuadro). Estupendo recuerdo a los hermanos Marx de la mano de Leocadia, siempre se mete en los sitios más insospechados y divertidos. Muy bueno, Lu.

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  2. Muy bien estructurado y muy, muy divertido. Enhorabuena. Por cierto, el misterioso cuadro, queda bien.

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  3. Qué chulo, Lucrecia,el relato, te iba a preguntar cómo habías conseguido enmarcar el texto dialogado, todo un puntazo el texto y el marco. Muy divertido!!

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  4. Jajaja, me encanta Lu. Yo tambíen me declaro marxista, por supuesto. Y lo del cuadro...pura magia, jejeje.

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  5. Divertido como las películas de los hermanos Marx, siempre con ese humor tan bien logrado. Bonito relato, en contenido y continente.

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  6. Hada, este texto tuyo podría haberlo firmado sin problemas Groucho Marx. La combinación de narrador omnisciente y diálogo da mucho juego. El relato gana en frescura y en chispa. Me ha divertido muchísimo. ¡Bien, hada, bien!

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  7. Es genial, me he reído mucho. Esta Leocadia mira que es pícara...

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