lunes, 23 de julio de 2012

El viaje


Valencia escribe<br>sobre...

¿Cuánto tiempo ahorrando dinero y ganas? Mucho, demasiado quizá… pero aquel viaje era toda mi obsesión. Trabajé en lo mío, trabajé con ahínco en lo que me era  ajeno, me esforcé para no gastar en lo prescindible, para ir metiendo poco a poco el sobrante de lo cotidiano en una lata que no podía abrir sin romperla. No quería romperla hasta que rebosara. ¿Cómo olvidar la promesa que me hice hace tiempo? cuando mi trenza era chica y mi corazón soñaba viendo una y diez veces “Titanic”.
Ahora estoy aquí, en la cubierta de un gran barco, dejándome mecer por el vaivén del mar y el relajo que me produce la brisa rodeándome sin vergüenza. Me he llevado lo justo: ropa ligera, un libro, mi diario y el placer de mi hazaña para sembrarla en el mar.
Camarote individual, exterior, comidas en la terraza de proa, mantel de tela y vino en copa grande; lo había visto tantas veces en mis trabajos extra y siempre eran los demás quienes cogían la copa desde el píe, y con elegancia la levantaban despacio hasta elevarla a la altura de los labios…Ahora soy yo, María, quien protagoniza con naturalidad este almuerzo acomodado en un delirio.

4 comentarios:

  1. Un gran viaje hecho con pequeños ahorros. Me gusta, Mer.

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  2. Me gusta:). El problema de alcanzar, por fin, un sueño grande suele ser grande también:te cuesta tanto en tiempo y trabajo que el resultado pocas veces satisface. Esta chica sabía lo que quería, mantuvo su ilusión intacta y la está disfrutando. Muy bien organizado el relato:).

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  3. Pues un chin-chin por María y sus sueños cumplidos! Me ha gustado!

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  4. Poder disfrutar aquello con lo que se ha conseguido con tanto esfuerzo, se disfruta doblemente. Bien por la prota

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