viernes, 6 de julio de 2012

EL OBJETO INEXISTENTE (Amores objetos y VI)

El día de su presentación fue recordada, sobre todo, por su ausencia. Pero no sería del todo exacto —ni justo— limitarse a decir que no se hallaba.
     A quien se le pregunte afirmará que sí, que la vio, que estaba allí, como todas las demás, presidiendo la reunión. Ahora bien, significativo fue que nadie coincidiera en su descripción... Lo cierto es que el anfitrión jamás reconoció su presencia, incluso negó —como Pedro— su existencia. Tan sólo esa diminuta prueba de Shiraz en la pechera delató la paradójica presencia de su ausencia o, si lo prefieren, de su inexistencia.

3 comentarios:

  1. Jo, Eufrasio. No me he enterado muy bien. Shiraz es un vino. Debía tener la pechera manchada de ese vino. Pero ¿qué es lo que no estaba?

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  2. Yo también me he liado un poco y a estas horas no estoy para descifrar nada, en otro momento lo releo, aunque me ha sonado bien, (como todas tus historias).

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  3. Será el vino que presentaron pero no sirvieron. Eufrasio, tu siempre haciéndonos dudar.

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