martes, 3 de julio de 2012

DELGADA Y DELICADA (Amores objetos III)

Siempre fuiste delgada y delicada y, salvo una sola vez, jamás tuvimos un desencuentro. Jamás olvidaré ni dejaré de agradecerte lo suficiente, que fueses tú la primera con la que descubrí la grandeza y el poder del esfuerzo desmedido. Sí, es cierto: íbamos con otros, pero cada cual con su penitencia a cuestas. Valles, montañas, sol, lluvia, nuestro querido enemigo el viento, todo eran obstáculos que sorteamos una y otra vez, durante tantos años, yo sobre ti asiéndote con fuerza y cabalgando sin tregua hasta alcanzar la meta, el fin de nuestra relación: la superación.
     Ahora yaces aquí, colgada como un trofeo, esperando que vuelva a tomarte entre mis manos, entre mis muslos, acariciándote con mis pies y, sobre todo, que pierda un poco de sobrepeso... sabes que no podríamos resistirlo ninguno de los dos.

6 comentarios:

  1. También tu relato aparece como muy sensual, una declaración de amor. Quitaría la s de todos eran ..., lapsus, y la a de esperando que ... y de a que pierda...Queda mejor, creo. Un abrazo.

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  2. Le tengo un poco de "paquete" a las bicis, quizá por su delgadez, quizá porque hemos tenído pequeños roces siempre...pero me gusta tu dedicatoria... Un beso.

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  3. A mí me ha gustado mucho. El final, como dice Malén, es muy sensual. Parece que fue una buena amiga, tu bici.

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  4. El uso del humor al final, recoloca al relato después de tanta sensualidad. Rebaja un poco el tono alcanzado y lo ajusta más a la realidad. Al fin y al cabo estamos hablando de... ¡una bicicleta!.

    ¡Buen trabajo, Eu!

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  5. No sé, Geli, creo que eso es lo bueno del relato, no tiene por qué ser realista. Me ha gustado, Eufrasio.

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