jueves, 30 de agosto de 2012

Sin remordimientos






 
Sorbió otro trago de café y aquel bigote -que poblara de hiel cada palabra pronunciada en veinte años de matrimonio- se contrajo en una mueca repentina.


La taza cayó sin estrépito contra el suelo.

Ella abandonó la mesa y recorrió los metros de moqueta que la separaban de una nueva vida, sin remordimientos.

6 comentarios:

  1. Duro, muy duro y explicito el texto... Lo breve siempre es esclarecedor.

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  2. Veinte años no es nada, dice una canción, pero demasiados para aguantar tanto desamor. Muy bien, Geli.

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  3. ¡Geniaaal! Me ha encantado, no necesita más palabras, tiene profundidad, intriga, sutileza..., ¡ enhorabuena!

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  4. Y punto! Muy bueno, Geli!! Un abrazo!

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