lunes, 6 de agosto de 2012

28. (concurso) EL SUEÑO DE LOS GATOS



En un pequeño rincón del planeta vivía una gatita preciosa. Era la reina en un reino minúsculo, casi tan pequeño como Liliput. La reina en un piso de 40 metros cuadrados. Su vida transcurría plácida y dulce, cuidada y peinada. En su trono mullido, repleto de ratones de goma, dormía largas siestas aguardando a su sirvienta que la adoraba como a una diosa.

Una mañana se dio cuenta de que se había hecho vieja. Era una anciana, casi sin fuerzas. Su sirvienta la mimaba y la alimentaba pero ella ya no tenía ganas de nada. Su maullido ya no era fuerte ni con genio, era un sonido triste y melancólico, como si hubiera bajado el volumen de los altavoces de su voz.

Una noche soñó el sueño de los gatos. Allí "El que hablaba con los gatos" le contó que debía dormir el Gran Sueño, un sueño muy largo en el cual soñaría con otras vidas, con otras sirvientas, y en el que aguardaría paciente a que aquel ser humano que la hubiera amado de verdad, regresara a despertarla de su letargo infinito.

La gata perezosa dudaba si aquel sueño era real. Pensó que no quería dormir para toda la eternidad y comenzó a maullar lastimosamente. Su sirvienta, que había dedicado trece años de su vida a cuidarla y colmarla de mimos y detalles, la miraba triste. Esa humana era capaz de entender sus pensamientos.

Esa humana se merecía que ella la esperara allí en la eternidad. Su regreso la despertaría y volvería a vivir esa vida de reina que tanto había disfrutado.

Y pensó: Antes de irme a dormir, le daré un regalo. Le susurraré al oído el secreto ancestral de "El que hablaba con los gatos", le contaría el secreto en el idioma gatuno, aquel que solo entienden los que de verdad aman a los gatos.





Guinea la Negra Zumbona


8 comentarios:

  1. Hermoso y triste relato a la vez. Quien lo escribe, ama a los animales hasta el extremo de entender lo que expresan con su lenguaje.

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  2. No veo el verano por ninguna parte pero sí "El que hablaba con los gatos" en cualquier época del año. Suerte, Guinea.

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  3. Me gusta. Quizá en ese "Gran Sueño" se encierren todos los veranos, los veranos que evocan la libertad y tranquilidad, la despreocupación convertida en miles de ratones de goma. Suerte Guinea la negra Zumbona.

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  4. Hermoso relato. Es triste ve marchar de tu lado a la mascota que cuidas con cariño y esmero, pero es ley de vida. Sin embargo hay que pensar que la mascota tuvo mucha suerte de tener a su lado, alguien que la cuido y la mimó con mucho esmero. Suerte Ginea...

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  6. Intenso relato cargado de sentimiento, sin duda el vínculo mascota-dueño es muy fuerte e intenso.

    Suerte.

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  7. Mucha complicidad entre gata y dueña. Muy hermoso. Ahora, mucha tristeza para guradar en el tarro de los recuerdos.

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  8. Yo sé que Misini duerme en el cielo de los gatos y que me espera.

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