domingo, 5 de agosto de 2012

27. (concurso) ELEGIDAS


Durante su larga vida laboral, Margarita había tenido muchas satisfacciones y  seguramente  algún  que  otro  disgusto.  La  llenaba  su  trabajo.  Cada mañana se preparaba para intentar instruir a sus pequeños diablillos, así la gustaba nombrarlos.


Hizo intentos para formar una familia, sin embargo, una acusada falta de interés con sus noviazgos, le fueron ocasionando rotundos fracasos.


Aunque llevaba dos años jubilada, seguía en contacto con la escuela, ofreciendo su tiempo libre como voluntaria en numerosas actividades.


Un domingo de Abril, mientras ojeaba el periódico, reparó en un anuncio, que  pedía  hogares  de  acogida  para  niños  saharianos.  No  dudó  en apuntarse.




 
Aina era una niña dulce, prudente, tímida y a la  vez muy despierta. Había nacido en una tierra con demasiadas carencias, lo que obligaba a sus habitantes a valorar y disfrutar lo poco que poseían. El respeto y la ayuda nacían con cada ser y se llevaban como una túnica que los vestía hasta el fin de sus días. Aina era observadora, desde muy pequeña había visto a los chicos mayores irse en verano y regresar con muchos regalos. En la escuela hablaban de la cantidad de cosas que tenían en los hogares del extranjero y lo cil que parecía conseguir cualquier objeto. A veces, ella intentaba imaginarlos, pero no era capaz.



Ahora ya tenía nueve años y todas las noches rezaba para que fuera ella una de las elegidas para el viaje.




 
El destino quiso que este verano Margarita y Aina se encontraran.



 

 
ROSA ROSARUM.

6 comentarios:

  1. Espero que el destino les deparara mucha felicidad a Margarita y Aina. Suerte.

    ResponderEliminar
  2. Una historia muy tierna Rosa... Suerte

    ResponderEliminar
  3. Los sueños son eso: sueños. A veces se cumplen...

    ResponderEliminar
  4. Una realidad en la que apenas reparamos, ésas niñas y niños merecen más que ser elegidos.

    Suerte.

    ResponderEliminar
  5. Me ha gustado, aquí en Huesca también hay un grupo de acogida de niñas saharahuies que vienen todos los veranos y se llevan dinero y regalos a sus tiendas.

    ResponderEliminar