martes, 16 de junio de 2015

LOS CAPULLOS



La preciosa tarde primaveral llenaba el jardín de colores. Dos de mis nietos, de siete y tres años, están distraídos conmigo regando las plantas y  arrancando tréboles (todos de tres hojas) de las macetas que hay en la escalera que pugnan por salir  en los geranios, los hibiscus, las margaritas y hasta de entre la albahaca que todos los veranos nos perfuma la naya. La pequeña,  arranca florecillas que me regala sorprendida acaso por la gran variedad de colores de la gama del rosa (pink dice ella con sus dos medias lenguas que habla) De entre las hojas, les llama la atención unas pequeñas bolitas verdes y me preguntan qué son. Les contesto que son los capullos… y sin dejarme acabar la frase, la pequeña, me dice: abuela, diche mi mamá que la palabra capullo, no se diche. Tengo que contener la carcajada y con una media sonrisa, trato de explicarles que esas bolitas que también se llaman capullos, son las futuras flores que van a salir en pocos días. Ella sigue insistiendo que no se diche, y yo observo la gran variedad de capullos que existen según la diversidad de las plantas, y no puedo evitar el pensar que todavía hay más en la otra acepción, a la que se refiere mi nieta. Pero, que se le va a hacer… no se diche.
                                                                 Jávea, 5 de junio de 2015

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