miércoles, 27 de junio de 2012

POBRE MONSIEUR LASALLE



Como cada tarde, desde hace veintidós años, Monsieur Lasalle saca a pasear su nostalgia. Encaramado a su distinguido porte, heredado de uno de sus bisabuelos, alto funcionario de la corte de Napoleón III, y junto a su inseparable bombín, pasea por los más selectos barrios de la ciudad, en los que ni siquiera se tiene conciencia de hallarse en una ciudad.

              Su rutina siempre es la misma: su pulcro trabajo en el Ministerio, en una mesa perdida dentro de una inmensa oficina, su frugal almuerzo en Chez Marie y su puntual paseo hacia los barrios altos. Aquellos que su estirpe frecuentó años atrás, según la tradición familiar transmitida de padres a hijos.

              En esas caminatas hacia el pasado, su mente recrea las historias de suntuosas fiestas en magníficos salones, cacerías multitudinarias con lo más granado de la sociedad, madrugadores duelos en defensa del honor mancillado.

Y como cada tarde, desde hace veintidós años, acaba volviendo al presente, a su pequeño apartamento de soltero, situado en el extrarradio y por el que paga más de la mitad de su sueldo, sus cenas frías al son de las melodías de su juventud, extraídas de una vieja gramola, y la soledad que se agazapa en la humedad de su cama.

              Pero hoy hay algo diferente. Tras miles de paseos por esa zona imaginando la vida de la que se siente injustamente excluido, la que se desarrolla tras esos altos e impenetrables setos, le parece vislumbrar un pequeño hueco en el tupido verde. Sin poder aguantarse, se asoma, introduciendo la cabeza con tanta mala suerte que una pelota salida de quién sabe dónde le golpea en la cara con violencia.

El impacto le deja sentado sobre el duro suelo, mareado y sangrando por la nariz, mientras su bombín se aleja rodando.

La vida no es justa -piensa Monsieur Lasalle una vez más.

12 comentarios:

  1. Te doy la bienvenida, Svietlana! Te has estrenado con un relato muy bien escrito, de principio a fín. Mi enhorabuena.

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  2. Perfecto. Tu relato parece una melodía a la que cada vez se le añade un instrumento. Va creciendo en intensidad y significado. Las descripciones son precisas. Monsieur Lasalle paseando a todos sus fantasmas con las mejores galas parece sentir que todo volverá un día si el mantiene viva su memoria. Me gusta el final, ese en que un balonazo seguramente lanzado por un niño llamado realidad lo despierta de los sueños. "La vida no es justa, piensa Monsieur Lasalle una vez más", perfecta esa frase que resume el caracter del protagonista. Ser lo que fueron aunque ya no sea lo que fue. Bienvenida Svietlana al planeta Valencia Escribe. Por cierto tu nombre me suena a susurro.

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  3. Un maravilloso retrato atrapado en un pequeño instante... Me gusta.

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  4. Todos sus sueños rotos con un pelotazo, magnífico relato Svietlana. Tuve una alumna bosnia con tu mismo nombre, muy buena por cierto, lo abreviábamos en Lana. Bienvenida!!

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  5. Me encanta la forma de describir de este relato. Y, jeje, me encanta que una pelota le rompa la nariz, por cotilla, jajajajjaa. Bienvenida, Lana....

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  6. Bienvenida amiga, me ha gustado mucho tu relato. Ha estado bien ese balonazo, la indiscreción no suele tener buenas consecuencias.

    Un abrazo.

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  7. Enhorabuena Lana. Con un final simatico

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  8. Me parece que hay unanimidad en llamarte Lana si nos lo permites, es un bonito nombre. Tu relato me ha parecido precioso. Bienvenida a Valencia Escribe. Quédate con nosotr@s.

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  9. Hola a tod@s.
    Gracias por vuestros comentários y por brindárme la posibilidad de escribir en éste blog, que me pareció muy interesante.
    De internet sé lo justo y, todavia, no me manejo bien, iré aprendiendo.
    Si no os importa, mis nuevos y hospitalarios amig@s, preferiría que no me llamarais Lana. Si de acortar se trata, ¿qué os parece Svieta? Es diminutivo ruso de mi nombre. O Clara, que es su traducción al castellano.

    Un abrazo cordial para tod@s.
    Nos leemos
    Svietlana

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    Respuestas
    1. Yo aún lo he acortado más y en el otro cuento te he llamado Sviet.Perdona...ainssss

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    2. No tiene importancia, me gusta:). En ruso sviet significa luz;). Mucho mejor que un tejido abrigado para ponerse en invierno, jajaja

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  10. Hola, Svietlana. Yo te llamaré así. Lo prefiero. Acostumbrada a la literatura rusa, tu nombre me resulta hasta familiar.

    Tu relato describe con acierto una situación y pones en antecedentes al lector con gracia.

    Si me lo permites, me gustaría hacerte una observación: en el primer párrafo sobre todo, hay proliferación de adjetivos. Quizás puedas prescindir de alguno de ellos y otros colocarlos detrás de los sustantivos, para conseguir una estructura un poco más ligera.
    Por supuesto, tú como autora, tienes la última palabra.

    ¡Enhorabuena por tu relato y bienvenida a VE!

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