lunes, 11 de junio de 2012



Muchas veces se deja zarandear por el viento para poder olvidar. La sensación de no ser la dueña de sus pasos hace que se olvide del resto de su vida y hasta de ella misma. Hoy vuelve a creer que no lo está haciendo bien, que todo se vuelve a hundir a su alrededor y que no ha sido capaz de cambiar el final de su historia. Se culpa como ha hecho siempre de cada una de las meteduras de pata de esa persona que tanto quiere, como también de sus ausencias, de sus insultos y de sus mentiras.
Camina ausente y sin rumbo mientras el viento la agita de un lado a otro de la calle. Querría gritar muy fuerte, pero no puede. Castigarla chillando esa palabra prohibida tan fuerte que hasta ella la escuchase desde ese sueño en el que ahora se encuentra sumida. No lo hace. Sabe que no es capaz de algo así porque aún la quiere. Pese a todo, la sigue queriendo. Como ha hecho siempre.
Y se calla. Y se deja llevar por el viento.
Lo oculta para protegerla, o eso se repite, es como un pacto de silencio que ya dura demasiado. Algo que todos los que la rodean saben y por el que todos lloran cada noche. O quizás sólo sea simple y triste vergüenza. Porque sí, porque es más fácil seguir así, ocultando el problema, inventando excusas o castigándose por ello, que hacerle frente y volver a caer de nuevo.
Y cada día la echa en falta. Y añora sus consejos, su risa, sus caricias, su ternura de antes...
Hace tanto que dejó de contar con ella que a veces siente que ni tan siquiera la recuerda de verdad y entonces se ve más perdida que nunca y corre como una niña asustada a buscar viejas fotos donde pueda encontrarla a su lado para de nuevo sentirse segura y protegida por sus abrazos y sus besos.
Y ahí es cuando se rompe del todo.
Hoy de nuevo ha cerrado los ojos y ha vuelto a dejarse llevar por el viento mientras se dice en silencio que tal vez esta vez debería dejarla sola de verdad, alejarse para siempre e intentar olvidar, porque a fin de cuentas ella no es la protagonista en esta historia y también se merece una vida.





4 comentarios:

  1. Desahogos en el viento. Cierto, Lara, todos nos merecemos una vida y a veces eso significa mirar hacia otro lado, romper cadenas aunque sea doloroso.
    Revisa el texto porque creo que las emociones te han hecho poner alguna falta.

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    1. Gracias, Lu! Texto revisado, creo que ya está bien. Besos

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  2. Un texto muy bonito, Lara. Yo también me quedo con ese final.

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