viernes, 6 de febrero de 2015

DAMIÁN



Todos en el pueblo le llaman  Damián la noche, pues empieza a vivir cuando oscurece. Cuentan que vino de un país centroeuropeo, pero pocos pueden decir que le conocen. Su vocabulario no es demasiado extenso,  parece culto, aunque en las madrugadas, al caminar por las calles solitarias,  bebe continuamente de la botella con aguardiente que él mismo se fabrica, y no para de llorar y gritar desesperadamente en un idioma que nadie entiende. Con todo, nunca ha tenido altercados ni problemas. Su aspecto desaliñado no desentona con la negrura de la noche. Durante el día nunca sale de su cobertizo donde vive o malvive. Los niños, le han visto a través de la ventana, un motón de jaulas con pájaros a los que cuida con total dedicación, pero no saben nada más. Tampoco entienden su presencia en este pueblo perdido en la montaña, ni su forma de vivir. Sólo él sabe de su tristeza y cobardía al no tener suficiente valor para suicidarse, que es lo que deseó hacer después de lo ocurrido con su mujer y sus hijos, en su Bosnia natal. No puede, es incapaz, ama demasiado la vida y se reconoce cobarde.

María Luisa Pérez

6 comentarios:

  1. Muy bueno, María Luisa, bienvenida!!!

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  2. Un placer leerte en este blog, María Luisa.

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  3. Qué triste esta pequeña historia. Gracias por traerla

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Cuántos debe de haber en situación parecida y por las mismas causas: la guerra y la ambición. Nos podía haber pasado a nosotros, por ejemplo, lo que sucede actualmente en Ucrania.
    Y de paso decirte, Mª Luisa que está muy bien narrado.

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