viernes, 9 de enero de 2015

Monjas, cine y Rock & Roll




Mire, señor comisario: que yo no digo que Sor Clotilde, que ojalá Dios tenga en su gloria, fuera mala persona, aunque un poco rarita sí que nos parecía a todas. En el misal, en lugar de estampitas de la Virgen o del Beato fundador de la compañía, guardaba fotos de actores de Hollywood, todos los días antes de los maitines practicaba en mallas una especie de gimnasia a la que llamaba aerobic o algo así y reveló a algunas hermanas su empeño en romper el sagrado voto de clausura el sábado de los acontecimientos para asistir a un concierto en el Rockódromo. Advertida de ello, la Madre Superiora la había castigado, encadenando a su pierna una bola de plomo. Pero ni por esas: el demonio hizo bien su trabajo y se la quiso llevar con él.

Rafa Sastre

1 comentario:

  1. Esas monjas irreverentes, si no fuera por ellas, el hábito no sería tan... soso. Muy bueno, como siempre, Rafa. Abrazos.

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