martes, 5 de abril de 2011

Yolanda Nava Miguélez, LA MUDANZA

Los recuerdos se agolpaban a trompicones dentro de su cabeza llenándola de nostalgia y haciendo del pasado una época fantasma, vista desde la distancia, su vida, parecía no pertenecerla, no se reconocía en ella, había vivido tantas vidas desde entonces… Comenzó a embalar sus cosas, se encontró los apuntes del instituto, bolsos y zapatos que hacía años que no usaba, ropa pasada de moda…, hasta un sombrero gris que la hizo sonreír recordando que, cubrió una cabeza llena de sueños y terminó como ellos: olvidado.
Cogió una caja y metió dentro sus antiguas pertenencias, con decisión escribió: “para la parroquia”; fuera sentimentalismos, el apartamento era pequeño y además quería comenzar su nueva etapa, ligera de equipaje.
Dudó sobre qué hacer con la maleta.
Cierto que era todo un icono en su pasado, cuantas veces al oír su llave girar en la cerradura, soñó que se hacía pequeña, se metía dentro, y viajaba lejos, donde él no podía encontrarla, ya en su destino, salía de la maleta y se hallaba en un lugar tranquilo: sin gritos ni miedo.
Ya tenía esa vida, lo había logrado, ya no iba a tener que “meterse” en la maleta; quizá debería conservarla como recuerdo…
Un rictus de tristeza se dibujó en su boca, las huellas de su lucha dejaron cicatrices en su cuerpo y en su alma, no necesitaba iconos, ni fetiches.
La vieja maleta terminó en la basura. Era sólo un objeto.

7 comentarios:

  1. Juraria que publiqué ayer un comentario y también ha desaparecido. Esto de meter fantasmas en el blog tiene sus consecuencias...
    Te decía que me gusta mucho tu historia. Creo que puse alguna pega sintáctica y de laísmos.

    ResponderEliminar
  2. Bonito. Al principio pensé que el fantasma de la semana pasada había regresado con tu maleta.

    ResponderEliminar
  3. Lucrecia, en mi texto puse: vista desde la distancia, y aquí pone vista de..., supongo que al colgar el texto algo pasó que se borró (restos fantasmales de la semana pasada), si se puede corregidlo. Gracias.

    ResponderEliminar
  4. Me alegro que por fin tirara la maleta.¡¡era tan pesda!!!.muy bonita tu historía.

    ResponderEliminar
  5. A veces tirar objetos que pertenecen a un pasado que queremos olvidar, ayuda a olvidarlo. Hay mucho sentimiento en lo que escribes Yolanda.

    ResponderEliminar
  6. Muy bonito Yolanda, yo hace poco hice una mudanza y lo más importante lo puse en la maleta, esa maleta la cual yo llamo alma, mis niños, mi esposo, y un montón de sueños nuevos.Muy hermosa la historia, me alegro de su final feliz ojala todas estas mujeres pudieran salir airosas con sus maletas.

    ResponderEliminar
  7. Muy bonito Yolanda, yo soy de las que no tiran nada y cada cierto tiempo desempolvan los recuerdos para zambullirse de nuevo en otras épocas, quizá debería aprender de tu protagonista y empezar a vaciar maletas...

    ResponderEliminar