lunes, 18 de abril de 2011

Yolanda Nava Miguélez, LA DEDICATORIA

Cada verano, en la primera semana de julio, llegas con tu familia. Tu presencia me llena de ilusiones desde hace tres años.
Este va a ser nuestro verano, ya somos adultos, y el tiempo del tonteo debe dejar paso a algo más serio. ...Me gusta todo de ti: tu forma de moverte, tu risa, ese aire misterioso que te envuelve y los libros que siempre te acompañan; gracias a ellos te conocí, ¿te acuerdas?, dejaste uno olvidado en la playa, lo encontré cuando la limpiaba, llevaba tu nombre y fue la excusa perfecta para entablar conversación. Era un libro lleno de poesías, de un tal Neruda, creo, yo de libros no entiendo nada, huí de ellos hace años, dicen mis padres que bien caro lo estoy pagando, pero yo no me quejo, alguien tiene que limpiar la playa ¿no?
Este verano será especial, lo pasaremos juntos porque yo sé que me dirás que sí, sé que te gusto. Ya estoy saboreando tus labios y el tacto de tu piel…
Me he encontrado otro libro en la playa, este es de un tal Saramago, es un libro maldito, ha destrozado mis esperanzas, junto a tu nombre lleva una dedicatoria con una fecha reciente: “Para mi prometida, con todo mi amor: Pablo.”

8 comentarios:

  1. Muy bueno, Yolanda, con sorpresa-decepción final incluido.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Qué bonito. Una forma magistral de terminar una historia. Cuánto se aprende aquí, en Valencia escribe.

    ResponderEliminar
  4. Qué triste, pero es bueno, corto y conciso.

    ResponderEliminar
  5. Muy bueno Yolanda, y muy bien redactado.

    ResponderEliminar
  6. Enhorabuena Yolanda. Qué grande es Neruda...

    ResponderEliminar
  7. Un final inesperado, pero que historia más linda

    ResponderEliminar
  8. Seguro que el segundo libro encontrado era el ensayo sobre la ceguera. No debió abandonar los libros tan pronto, le hubieran enseñado más cosas de la vida.

    ResponderEliminar