jueves, 28 de abril de 2011

LA MALDICIÓN DE PAVLOV

           Besé a Lucía un siete de diciembre de 1995, al mismo tiempo que la sonda de la misión Galileo penetraba en la atmósfera de Júpiter, justo una semana antes de que se firmaran los acuerdos de paz que pusieron fin a la guerra de Bosnia, el mismo año que Thomas Vinterberg y Lars Von Trier crearon el movimiento cinematográfico Dogma, el año que el último acorde de The Bends quedó registrado para la posteridad (a mayor gloria de Radiohead), el año que Saramago nos dejó a todos ciegos. Pero en ese momento, con dieciséis años,  poco me interesaba la atmósfera de Júpiter, la guerra de Bosnia, el cine Dogma, Radiohead o el señor Saramago. Lo único que quería era besar a Lucía, y lo hice. No obstante eso marcó mi vida para siempre, y no como todos ustedes se imaginan. Y es que soy un tipo que, desde ese siete de diciembre de 1995, tiene un problema muy grave.

            Tres cosas sucedieron al mismo tiempo y en el mismo lugar justo en el momento en que yo le planté un beso a Lucía:

            1.- Sonaba The Partisan de Leonard Cohen en la habitación contigua a la mía. Por lo visto a mi hermana mayor le dio por escuchar a Lonard Cohen mientras mi mano se deslizaba inexperta bajo la blusa de Lucía.
            2.- Un intenso olor a vino consiguió filtrarse desde la cocina hasta mis fosas nasales, atravesando el comedor y el pasillo. A mi padre se le cayó una copa de tinto en el momento más inoportuno.
            3.- Lucía pronunció una frase antes de besarme, apenas una fracción de milésima de segundo previa al contacto de nuestros labios. Fue como si su lengua depositara en el interior de mi boca aquellas palabras: “me alegro de estar aquí”.

            De Lucía ya no volví a saber apenas nada, pero fruto de un maleficio, de una perversidad del destino, de la extraña conjunción de los astros, del dichoso movimiento Dogma o de la misión Galileo fue que mi comportamiento quedó alterado para siempre. ¿A qué me refiero?, mejor nos guiamos con estos ilustrativos ejemplos:

            1.- Cafetería del centro de Alicante, un día como otro cualquiera del año 1998. He quedado con una compañera de la facultad para dejarle unos apuntes de Protohistoria de la Península Ibérica. Me acompaña mi novia, Ana. Cuando estoy a punto de pasarle la mercancía (dos encuadernaciones) a Julia, que es como se llamaba la destinataria de mis apuntes, comienza a sonar una canción de Leonard Cohen. Una fuerza irresistible hace que me abalance sobre Julia y comience a besarla , ante la atónita mirada de Ana, ya mi ex.
            2.- Final de la Champions League del año 2002. Mi director de tesis doctoral tiene dos entradas y me dice si quiero acompañarle. Acepto. En el estadio, en el mismo momento en el que César pide el cambio, el que iba a dirigir mi tesis me dice: “me alegro de estar aquí”. Fue la primera vez que besé a un catedrático.
            3.- Año 2005, cena de fin de curso con mis alumnos del instituto. Es mi primer año de profesor. Estamos en una pizzería. Jóvenes de quince años ansiosos por parecer mayores. A mi lado se ha sentado Laura, la chica popular de la clase. La cena transcurre sin mayor complicación hasta que un sonido cristalino acompañado de un fuerte olor a uva fermentada invade mis sentidos. Todos lo vieron.


            He intentado justificar mi comportamiento toda mi vida; delante de mi novia, de mi director de tesis doctoral y del juez. El resultado es el siguiente:

            1.- Estoy soltero.
            2.- Nunca terminé mi tesis doctoral.
            3.- Espero en la cárcel a que mi abogado tenga éxito con el recurso.

10 comentarios:

  1. Jajaja, muy bueno, Marco y muy bien explicado, muy didáctico. Un tipo muy metódico tu personaje.

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  3. Me encanta Marco, tu protagonista (que intuyo que se parece mucho a ti) es como Amelie pero en chico. Se me ocurren una serie de pautas para tratar de solucionar su reflejo condicionado:
    1ºJamás estudiar protohistoria de la Península Ibérica con una fan de Leonard Cohen.
    2ºNo frecuentar sitios donde corra, se comercie o circule sin control el vino.
    3ºHacer que en tu compañía los demás se sientan como en el infierno para que no se alegren de estar allí.
    Así, sus besos no tendrán efectos secundarios.
    Felicidades Padawan.

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  4. Muy original e ingenioso. Me ha gustado.

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  5. Que bueno, jaja, F-A-N-T-A-S-T-I-C-O. Felicidades Marco.

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  6. Aplausos de mi parte. Me ha parecido muy, muy bueno!!!

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  7. Muchas gracias amigos. Maestro Kenobi, tomo nota de tus consejos, aunque intuyo que ya es tarde, jajaja.

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  8. Muy original como te han dicho los demás compañeros. Me ha encantado, imaginación desbordante. Y como buena compañera de viaje te comento que vigiles los verbos caer...cayó. Callar....calló. Has cometido un lapsus por ahí.
    Tal vez la copa de vino quisiera estar callada. Y sea yo la errada. Un saludo.

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  9. jajaja, muchas gracias Magdalena. Tienes razón y ya está corregido. Saludos.

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