viernes, 30 de octubre de 2015

El día de los muertos




El tipo que vestía disfraz de esqueleto tenía apoyada en mi sien una pistola. Su compinche, camuflado de momia, vigilaba a los clientes. Justo cuando les entregaba el saco lleno de dinero, irrumpieron en la oficina un zombi, el monstruo de Frankenstein y la niña del exorcista. Al parecer eran exmiembros de la misma banda, que venían a reclamar in situ su parte del botín. Haciendo sonar sus sirenas, llegaron también varias unidades de policía. Jamás viví un Halloween más sangriento.

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