martes, 27 de marzo de 2012

UNA MARIPOSA CON LAS ALAS ROTAS



Enreda su pelo entre los dedos una y otra vez, de su boca se escapa un hilillo de baba y, sus ojos parecen dos interrogaciones perdidas buscando respuestas detrás de una ventana que muestra un cielo lejano e indolente. Balancea su cuerpo a un ritmo que no cesa, alguien se acerca y atrapa la baba un segundo antes de que se pierda entre su bata de niña pequeña, aunque ya no es una niña. Ni una adulta. Ni una anciana. Su edad, -indefinida- no se muestra, ni se oculta. Como ella. La misma persona que atrapó su baba, interrumpe su danza silenciosa y aparta sus dedos del pelo. La coloca frente a un papel blanco, le entrega lápices de colores, y ella, garabatea el mismo dibujo una y otra vez: un corazón negro, una mariposa con las alas rotas y un cielo de color indefinido. Más tarde la psicóloga dirá que ha progresado, que pronto aprenderá a sacar fuera su miedo y el corazón será rojo, la mariposa tendrá enteras las alas  y el cielo será del mismo color que ese que se vislumbra detrás de la ventana.

13 comentarios:

  1. Yolanda, ¡qué texto tan maravilloso!. Es realmente hermoso. Sólo pondría alguna coma para respirar en el primer párrafo (hasta indolente).
    La frase: "sus ojos parecen dos interrogaciones perdidas buscando respuestas" me encanta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ahora pongo la coma. No sé que les pasa a las comas conmigo a ratos me rehuyen y es cuando se quedan ausentes y amenazan con ahogar a quienes me leen, otras veces, sin embargo, aparecen por todas partes, con paradas tan absurdas que el lector se cansa y se va..., voy a pedirle a Wis que las intimide con una de sus historias para que estén siempre en su sitio.

      Eliminar
  2. Jo, me que quedado como la de la historia, la he imaginado totalmente en la silla con la baba...genial!!!

    ResponderEliminar
  3. Muy, muy bueno Yolanda. Mejoras a un ritmo que en breve nos vas a considerar aficionadillos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que tu me digas eso, me sonroja, todos estamos intentando mejorar y lo bueno es ir consiguiéndolo poco a poco. Un abrazo.

      Eliminar
    2. Quise decir tú, los acentos tambiém se me resisten, ¡dichosas rayitas!

      Eliminar
  4. Genial Yolanda un relato de fondo triste que, contado por tí, parece un poema.

    ResponderEliminar
  5. Cierto, totalmente de acuerdo con todos los comentarios, es un precioso relato, muy plástico y con mucha fuerza. felicidades, Yolanda.

    ResponderEliminar
  6. Gracias amig@s, estos comentarios animan a seguir. Abrazos.

    ResponderEliminar
  7. Hermoso relato, bella metáfora de la mariposa de alas rotas, duele, pero brilla la esperanza. felicitaciones.

    ResponderEliminar
  8. Uuuufff!!! Magnífico, Yolanda. Mejor no se puede retratar ese estado humano.

    ResponderEliminar