jueves, 22 de marzo de 2012

LAS NOCHES DE LOS VASOS LARGOS



Dedicado a mi sobrino Javier

Todo empezó un domingo de madrugada. Volví a casa después de una difusa noche de vasos largos adornados con rajitas de limón y mucho hielo. No atinaba con la llave que se negaba a introducirse por la esquiva cerradura. De pronto alguien abrió la puerta desde el interior y me invitó a entrar. Estaba oscuro, me pegó un susto de defunción, pero me armé de valor y apreté, como un valiente, el interruptor de la luz que me cegó de golpe con su fulgor. Me quedé hondamente perplejo cuando pude abrir de nuevo los ojos. Había un hombre exactamente igual a mí, ¡vamos, era mi vivo retrato!, no daba crédito a lo que veía. Pensé que, en los últimos tiempos, me estaba pasando con el alcohol y que probablemente aquella visión era un desvarío producto de mis excesos. Así que le dije buenas noches con mucha educación y me metí en la cama vestido para poder dormirme lo antes posible; confiaba en que, cuando despertara, habría desaparecido aquella alucinación. Pero no fue así. A las cinco de la tarde sonó el teléfono y vi como mi doble entraba en mi cuarto y me lo acercaba para que yo pudiera contestar sin moverme de la cama. Se instaló en mi casa y me seguía como una sombra allá donde yo iba. Pronto me acostumbré a él y hasta me resultaba agradable tener a alguien con quien hablar y que, además, nunca me contradecía, pensaba exactamente lo mismo que yo. Lo malo vino después, el día en que nos fuimos a celebrar nuestro cumpleaños y cuando volvimos, otro exactamente igual a nosotros nos abrió la puerta. Ahora ya somos cuatro y nunca salimos por las noches.

11 comentarios:

  1. Bravísimo, prima. El final es muy inquietante ¿no?

    ResponderEliminar
  2. Qué divertido!! Me ha gustado mucho esa reproducción cuádruple!!

    ResponderEliminar
  3. jajajaj, qué pasada!!! Seguro que a tu sobrino le encanta el relato, yo que él no volvería a tomar gintonics...

    ResponderEliminar
  4. Es un relato ameno y entretenido. Me gusta mucho el uso que has hecho de los adjetivos. Están muy bien elegidos.

    Échale un ojo a esto, "porfaplis":

    arme de valor (falta tilde)
    un desvarío (¿,coma?) producto de

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Geli, lo de la coma no lo tengo claro, no sé si poner "un desvarío producido por mis excesos".

      Eliminar
  5. Muy bueno, Lu, y también divertido.

    ResponderEliminar
  6. Genial, tanto clon... pobre hombre uno estaba bien pero si la casa se le llena, la cosa se complica. Muy divertido Lu.

    ResponderEliminar
  7. Si que es divertido. Me gusta el ritmo que tiene a la hora de leerlo

    ResponderEliminar
  8. Genial Lu, menudo cambio de registro has hecho.

    ResponderEliminar