lunes, 12 de marzo de 2012

CLAUSURA



Se alimentaba de silencio y palabras. Silencio y palabras empezaban el día con ella y con ella lo acababan. Las sombras de la noche desafiadas por la tenue luz de una bombilla de bajo voltaje desdibujaban el texto de su libro y enrojecían sus ojos. Así transcurrían días, meses y años, suspendidos en un punto difuso que únicamente las arrugas en su piel evidenciaban.
Había olvidado el eco de su propia voz, esta sólo afloraba en los rezos y cánticos fundida con las de sus hermanas, por eso cuando brotó de lo más hondo de su ser en aquel grito transgresor le pareció ajena y, cuanto más se elevaba y hería su garganta más trepaba ella agarrada a su fuerza.
Las rejas se le antojaron carceleros, su hábito, grilletes que frenaban sus pasos. Fue ese extraño artilugio que la hermana Dolores le dejó, él era el responsable de sus dudas, él le mostró otras vidas, otros puntos de vista, otros textos diferentes a los que aparecían en la única biblioteca a la que tenía acceso.
Cerró el pórtatil y abrió su maleta decidida a saborear esas vidas que bullían detrás de las rejas.

12 comentarios:

  1. Por si este texto puede herir alguna sensibilidad quiero resaltar que no es más que un cuento, que respeto la opción de la clausura y aquí esta descrita desde la visión de alguien a quien le fue impuesta o que eligió con desconocimiento del resto de opciones. Un abrazo.

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  2. Muy bueno, Yolanda!! No deberías dar tantas explicaciones, son innnecesarias.

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  3. Bello relato, me encanta como dominas el lenguaje. La historia me ha recordado a una compañera de trabajo que se salió del convento a los 45 y era muy divertida, venía de otro mundo.

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  4. Bonita historía, muy original, eso sí. Sólo creo que deberías cambiar "ésta" en el segundo párrafo, lo repites dos veces demasiado seguidas.

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  5. Un gran relato Yolanda. Y estoy de acuerdo con Malén en lo referente a las explicaciones. Enhroabuena compañera!!!

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  6. Madre del amor hermoso Yolanda, te has salido con este relato, el crescendo que consigues ha hecho que mi corazón se acelerase mientras leías. Tus explicaciones me hacen ver que eres una buena persona.

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    1. Gracias Fernando, lo de buena persona, ya sabes, es una tarea diaria, ahí andamos. Un abrazo.

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  7. Es cierto, el ritmo crece, crece. Es trepidante y contrasta muy bien con esa parálisis del tiempo que siempre existe en los conventos.

    ¡Bien Yolanda, muy chulo!

    Sólo cambiaría el verbo fundir por un sinónimo, para evitar su repetición, dos veces.

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    1. Hecho, qué bueno es tener tantos ojos alertando de los fallos. Un abrazo.

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  8. Enhorabuena Yolanda. Me ha gustado mucho. Cuando me gusta un relato o una pelicula al acabar me quedo mirando pensativo la pantalla. Eso me ha pasado con el tuyo.

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  9. Gracias. Geli tenías razón, ya lo he cambiado. José Luis, me alegro de haberte dejado pensativo si es porqué te ha gustado.

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