lunes, 29 de agosto de 2011

LA NIÑA-MURCIÉLAGO (para tod@s l@s hij@s, sobrin@s y niet@s de VE)


Érase una vez una niña que se llamaba Luna y a la que le gustaba mucho jugar. Tanto le gustaba jugar que no quería dormir por las noches.  Luna se pasaba toda la noche dando vueltas con su bici por el pasillo de su casa, saltando en el sofá, haciendo volteretas en la cama...
     Por las mañanas, cuando todos los niños se levantaban, Luna tenía que dormir porque estaba cansada de jugar toda la noche, así que no podía jugar con otros niños a juegos más divertidos como la pelota, el escondite, o el pillo-pillo.
     Luna, de tanto jugar por la noche y dormir por el día, poco a poco se fue convirtiendo en un murciélago, los brazos se le convirtieron en unas enormes alas, las orejas se le hicieron muy grandes y los ojos muy pequeños (porque por la noche todo está a oscuras)  Convertida ya en murciélago sólo podía hacer cosas de murciélagos como cazar polillas, revolotear alrededor de las farolas y estar horas y horas colgada boca abajo porque volar cansa mucho.
     Una noche, Luna quiso ver a sus amigos y jugar con ellos, así que se esperó a que amaneciera. Pero por la mañana descubrió que sus amigos ahora le tenían miedo porque era un murciélago y que cuando quería decirles quién era, de su voz sólo salía un chillido muy desagradable. Luna se fue volando sola y triste a su casa pensando que nada de eso estaría pasando si hubiese jugado por el día como hacían todos sus amigos.
     Por la noche, mientras seguía llorando de tristeza, un búho que la observaba le preguntó que por qué lloraba. Cuando Luna le dijo que era porque quería volver a jugar con sus amigos, el búho, que era muy sabio, le dijo que repitiera seis veces seis, treinta y seis, “quiero dormir esta noche” con los ojos muy bien cerrados hasta dormirse; y así hizo, empezó a repetir "quiero dormir esta noche", "quiero dormir esta noche", "quiero dormir esta noche", "quiero dormir esta noche", "quiero dormir esta noche", "quiero dormir esta noche"... hasta que por fin se durmió.
     A la mañana siguiente, cuando Luna se despertó, vio que las alas de murciélago se habían convertido otra vez en sus brazos de niña y que de nuevo podía jugar a la pelota, al escondite y al pillo-pillo porque sus amigos ya no le tenían miedo; y todos jugaron y se divirtieron juntos durante todo el día... Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

11 comentarios:

  1. Que bueno Saluditero, esto si que es un buen cuento. Me ha encantado. :)

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  2. Genial. Te haces unos pocos más así, te buscas un ilustrador y a publicar muchacho.

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  3. De acuerdo totalmente, es un cuento precioso, voy a regalárselo a mi sobrina ¿No hay por ahí ningún ilustrador?

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  4. Por la mañana leí el cuento a toda prisa antes de ir a trabajar y me encantó, acabo de releerlo y ¿qué decir?, reafirmar lo que han dicho Dani y Lucrecia, es una pena que se quede aquí, deberías publicarlo. Enhorabuena una vez más.

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  6. Muy chulo y me sumo a todo lo dicho.

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  7. Una manera muy bonita de hacer que un niñ@ duerma. Felicidades, tes has superado:)

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  8. Mi mujer es ilustradora. Pero no puedo hablar por ella jejeje

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  9. Muy bueno, una niña murciélago por trasnochar. Muchos padres deberían leérselo a sus hijos cada noche.

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