domingo, 5 de julio de 2015

LAILA


Laila es la joven maestra en un pueblo de la Franja de Gaza. Se considera una afortunada. Después del fin de la guerra tuvo la suerte de poder ir a la ciudad, a casa de su tía, y cursar los estudios de Magisterio.
Ahora es feliz con sus más de veinte alumnos, y disfruta enseñándoles a leer y escribir. Esta tarde ha llamado a varios padres para explicarles cómo los niños  van progresando en la escuela.
Sus dos hermanos mayores salieron de la cárcel, se casaron y tuvieron hijos que alegran la casa familiar. Todos ayudan a su padre en el taller de maquinaria agrícola.
En el silencio de la noche, al acostarse, se duerme con una sonrisa dibujada en su cara.

El estruendo de las bombas la despierta. Laila tiene doce años.
Sin recordar el sueño que ha tenido, corre a la calle en dirección a la escuela. Lo que ve le encoge el corazón. Después del bombardeo, ni una sola pared ha quedado en pie. Poco a poco va levantando los cascotes que cubren el suelo y consigue sacar de entre los escombros unos cuadernos, unos lápices y unos libros polvorientos, pero que todavía pueden servir. Todo el día lo pasa en esta tarea. Para ella es como rescatar un verdadero tesoro.
En el pueblo de Laila nadie confía en el futuro, pero ella, por la noche al acostarse completamente agotada, se duerme con una sonrisa de esperanza dibujada en su cara.




4 comentarios:

  1. Me gusta Pepe. Habla de esperanza, es lo único de lo que disponen aquellos a los que la vida les ha quitado todo.

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