jueves, 15 de diciembre de 2011

Seudónimo

-Tú eres un producto de mi imaginación –dijo Geli, enfrentándose al espejo que le devolvía la imagen de una mujer morena, de ojos grandes de color castaño oscuro.

-¡Ja! ¿de tu imaginación dices?, ¡ja! Permite que me ría -reaccionó altiva Julieta, con un movimiento rápido de cabeza, al otro lado del espejo.

-No quiero discutir contigo ahora. Volvamos con nuestros amigos.

-Pues yo creo que mejor aclaramos este asunto. No quiero seguir así al año que viene, y para eso, solo faltan unas horas.

«Siempre tan combativa» -pensó Geli.

-A ver, ¿qué es lo que no te gusta, qué no soportas? –preguntó con voz grave y mirada conciliadora.

-Sabes de sobra qué me fastidia. Me saca de quicio que vayas por la vida de persona comedida y educada y por otro lado, que me utilices cada vez que afloran tus bajos instintos –le espetó Julieta airada.

-No sé por qué dices eso. No sé adónde quieres ir a parar.

-¿Ah, no? ¿Quién de las dos escribe? ¿Quién de las dos hace el trabajo? ¡Yo! Pongo mi imaginación a tu servicio, y sin embargo, la autoría de los textos ¿dónde recae? ¡En ti! –dijo levantando la voz.

-Creo que llevas razón. El próximo año las cosas van a cambiar. No te preocupes. Pasaré a un discreto segundo plano.

Julieta que estaba dispuesta a discutir, se quedó sin palabras ante semejante salida.

Geli recompuso los pliegues de su vestido de arena y destellos de luna y repasó su imagen. Una sonrisa pícara alumbró su rostro. A veces, se sorprendía a si misma con este tipo de disertaciones con su otro yo. Aquella Noche Vieja de 2011, decidió secretamente ser ella la que ocupara el lugar de Julieta. Si ya no iba a firmar los escritos, al menos, se daría el gustazo de desmelenarse por una vez.

Y con un desparpajo inusual, exclamó -¡Vamos, Julieta!, la noche no ha hecho más que empezar.

11 comentarios:

  1. Ahora si que ya no se ni quien eres. Acabarás cazando moscas.

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  2. ¡Vaya! Lo siento. Quería explicar que si hasta ahora en VE firmé con mi nombre real -Geli-, mi seudónimo -Julieta- se ha rebelado y quiere ser el prota. Geli es la mujer de carne y hueso, la práctica, la que resuelve. Julieta es su yo fantasioso e imaginativo, y por tanto la que escribe. Si del texto no se puede desprender que hay dos identidades: una real y la otra imaginaria, y que la real, le cede a la imaginaria, el privilegio de firmar los textos, es que el texto es una porquería.

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  3. Muy bueno, Fernando!!! Geli se entiende perfectamente, no te preocupes, está perfecto. Fernando no he tenido tiempo de enterarse porque no ha compartido relatos contigo. Bonito guiño el del vestido de arena!!

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  4. Peligroso eso de la duplicidad termina uno no sabiendo quien es en realidad, ¡con lo complicado que es ser una sola persona! Buen relato, sigue con nosotros sola o en compañia, eso da igual. Un abrazo. Ah, bonita foto.

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  5. Claro que se que eres dos, el relato es cristalino, sólo estaba advirtiéndote de los peligros que tiene la personalidad múltiple, aunque de eso te podrá hablar mejor nuestra querida Leocadia.

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  6. Es solo un juego. No os preocupeís. Aunque Geli le deje firmar a Julieta, ambas saben quién mueve verdaderamente los hilos. Y espero que vosotros, tb. lo tengaís claro.

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  7. Pues no sé Fernando y Leocadia dice que tampoco sabe, es muy normal en los escritores tener un "alter ego", aparte de personalidades múltiples para meterse en la piel de muchos personajes ¿no?
    Muy bien, Gelieta.

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  8. Bueno pues sí, ya nos hemos enterado todos de quién es quién. Muy bueno el relato, me ha gustado mucho.Lo de desmelenarse está muy bien y deberíamos hacerlo todos más a menudo

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  9. Muy bueno Julieta. El maestro Pessoa llegó al límite con el tema de los heterónimos, inventando biografías y todo. La imaginación al poder!!!!

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  10. Gracias, Marco, por ser tan leído y traernos argumentos de autoridad.

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