sábado, 31 de diciembre de 2011

Un encuentro inevitable (En la tetería V)


-No debía ser muy bueno lo que tramaban contra Lu esos desalmados, tendría que avisarla, -pensaba Leocadia mientras caminaba por la calle sin percatarse de que el joven de gafas la estaba siguiendo desde que había salido del local-. Bastante tenía con mantenerse erguida con los dos carajillos dándole vueltas en el cerebro. Se estiró el vestido de punto de colorines que se le iba subiendo a cada paso que daba, tan molesto, y se recolocó las medias caladas, de fantasía, sin ningún pudor. Fue entonces cuando lo vio, era aquel panolis de la barra. Lo saludó asombrada y él le contestó diciéndole que parecía que ambos llevaban el mismo camino y que podían hacerlo juntos. Y así, charlando mientras caminaban, llegaron hasta la puerta de su casa.
"Me hace gracia este jovencito que solo bebe infusiones, tan bien educado y encima toca el clarinete. No es que sea muy apuesto, pero tiene un no sé qué..."
Le picaba la peluca y solo quería llegar a casa para quitársela. Pero en vez de eso, le preguntó a su acompañante si quería subir. Estaba dispuesta a prepararle los tés que hiciera falta. Recordó que tenía una botella de cava en el frigo. Hacía tanto tiempo que nadie se interesaba de verdad por ella...

5 comentarios:

  1. Parece que los estoy viendo en The seven year itch (La tentación vive arriba). Muy acertada, Malén, esa mezcla de cine y VE. ¡Pero qué imaginación más poderosa!

    Creo que Eufrasio ha cogido tu guante con Billy Wilder.

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  2. Muy bueno, Malen, por fin se han encontrado estos dos.

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  3. Buahhhhhh!!!
    Me encanta.Sois unas fieras.Y sí...estoy de acuerdo,los que tocan el clarinete...merecen una oportunidad.Bs.

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