lunes, 21 de noviembre de 2011

Lunes de tormenta.

Otro día más de lluvia en la ciudad. Ignoro por qué cuando llueve a todo el mundo le da por sacar el coche. ¿No debería ser al contrario?, con el asfalto mojado, resbaladizo por la grasa mezclada con el agua, con la visibilidad limitada, lo más fácil es darse una hostia. Los atascos se multiplican, la paciencia se reduce, la ciudad es una vorágine de pitidos y prisas. Pero no, es mejor coger el coche y sumar al caos otra posibilidad más de desastre.

Luego, ponte a buscar aparcamiento. Bajo la lluvia, los vehículos circulan como hormigas endemoniadas y el mal humor viaja sobre cuatro ruedas. Cuarenta y cinco minutos dando vueltas y ni una pizca de suerte, siete vueltas más a las tres malditas manzanas que te has puesto como distancia razonable para aparcar cerca del curro, con tus zapatos Farrutx de 200 euros, tu traje de Paul Zilleri de lana fría de 1500 y sin un triste paraguas. Siete vueltas más y aquel sitio pintado de azul con monigote blanco en silla de ruedas, sigue vacío, como un islote en el océano cotidiano, sigue desierto, sin su minusválido motorizado al volante de una sofisticada carrocería. Cuántas veces has pensado en quitarte un pulmón, medio corazón, el cerebelo, un huevo, algo superfluo que no uses y no te duela, con tal de aparcar por el morro en la ciudad esos lunes lluviosos.

Dudo mucho que haya tantos lisiados como sitios pintados de azul, algún listo se está beneficiando y os digo una cosa, la picaresca está a la orden del día, conseguir un carné falsificado de minusválido oficial en el mercado negro, no debe ser tan complicado, o pintar un sitio debajo de tu oficina, o sobornar a un controlador de aparcamientos, o sacar la carrera de medicina y simular que visitas a un paciente, o… ya se nos ocurrirá algo.

Cinco semanas después, sigue lloviendo en la ciudad, Luis no da ninguna vuelta a la manzana, llega con su nuevo coche al sitio recién pintado por operarios del ayuntamiento, solitario, albiceleste, suyo. Aparca sin dudarlo ni un momento, sin tener que esperar bajo la lluvia, habiendo dormido 45 minutos más, satisfecho de si mismo. Abre la puerta, saca una pierna, una rueda, la otra rueda, la silla, un brazo, despliega la silla, aparece una gran sonrisa y el resto de lo que queda de él. Su anatomía ha cambiado, sumados sus miembros, sale impar. Nunca más sentirá como se moja su zapato del pie derecho en los charcos de la calle, una prótesis de titanio y fibra de carbono de última generación, sustituye su pierna, es tan buena que hasta le pica. La satisfacción se refleja en su cara al escuchar como, a cierta distancia, se cierra la puerta de su coche con un bip, bip. Sin habilidad, sube a la acera y accede por la nueva zona sin barreras arquitectónicas hasta el ascensor que le lleva hasta su oficina. Entra en su despacho, se dirige a la ventana, se incorpora titubeante, la abre de par en par y una melodía de cláxones, chirriar de ruedas, frenazos y rezos en arameo, inunda la estancia. Pero el ya no escucha los ruidos de la ciudad, para Luis, el tráfico de un lunes lluvioso por la mañana, suena como una sinfonía cantada por una coral de ángeles mutilados. Mira hacia la calle y su flamante coche descansa en su nuevo sitio de siempre. De puerta a puerta, de casa al curro y del curro a casa, son treinta minutos, ni más ni menos. Tener las dos piernas, dos apéndices al fin y al cabo, en perfecto estado, está sobre valorado. Estar de una sola pieza, no compensa el hecho de tener que buscar cada día de lunes a viernes un sitio para aparcar en la ciudad, maldiciendo, subiendo tus niveles de estrés, arriesgando la vida en cada glorieta. Tu libertad bien vale una pezuña, el 10% de tu cuerpo, agua, uña, carne magra, piel y hueso. ¿Es o no es razonable?

10 comentarios:

  1. No, no lo es, no me convencen sus razonamientos aunque sí me gusta la originalidad del punto de vista.
    Revisa la primera línea, "Ignoro por qué".

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  2. Me ha gustado y también me ha parecido muy original. A mí me quitó una multa el otro día un guardia por aparcar en un sitio para minusválidos. Creo que fue porque no se veía bien lo que había pintado en el suelo.

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  3. Siempre que llevo a mi amiga Mercedes en mi coche tenemos el santo morro de aparcar con su carnet ahí donde está especificado.Un auténtico gustazo que ella preferiría no tener!! Mejor que tu prota siga con sus Farrutx y sus dolores de cabeza!!

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  4. Uff que estrés..., después de sufrir el problema a diarrio revivirlo leyéndolo es la leche. Muy real, aunque estoy con Malén ed los deseos hacia tu prota. Abrazos.

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  5. A pesar de todo el sentido del humor que despliegas se trata, a mi modo de ver, de un texto muy duro, cercano a autores como Houellebecq. Enhorabuena amigo!!!

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  6. Me ha parecido genial. Cruel, borde, el tío está más loco que una chota, jajajajajaj. Mis más sinceras enhorabuenas.

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  7. Mi personaje está inspirado en Bateman, el psicópata de american psycho, sólo que el mío, se daña a sí mismo. Gracias a todos.

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  8. Verdaderamente, el punto de vista del narrador es muy peculiar.

    ¡Buen trabajo!

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  9. Me has dejado un sabor extraño, por un lado el texto me parece original y muy bien narrado, cosa a la que por otro lado ya me estoy empezando a acostumbrar de tus relatos, peeeero la historia me ha puesto nerviosa, imaginar a tu protagonista, loco de remate por cierto, cortándose su propia pierna para poder aparcar es de lo más duro que he leido. Enhorabuena, como siempre de diez!

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  10. Lara mi protagonista es alguien con puntos de vista muy diferentes, no soporta esperar y dar vueltas con su coche cuando llueve, prefiere prescindir de una parte de él para tener control sobre esa parte de su vida que le molesta. Está loco, pero es consecuente con sus locas ideas.

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