domingo, 20 de noviembre de 2011

LA VENGANZA DE KEPLER

Era cuestión de tiempo que la naturaleza nos devolviera el golpe. Y desde luego su respuesta fue desmedida, despiadada, implacable. Nos lo merecimos desde el mismo instante en que pusimos el pie en aquel lejano planeta para servirnos de él, para modificarlo a nuestro antojo. La explosión de la bomba de neutrones marcó unos índices iniciales de hidróxido de cloro un poco más altos que los esperados, sin duda debido a un error residual de alguna de las variables desestimadas de la hipótesis inicial, pero la progresión del error no ha sido aritmética sino geométrica, lo que ha derivado en una situación inesperada e insostenible: el planeta está sustituyendo toda su atmósfera de hidrógeno por otra de oxígeno irrespirable, y una persistente lluvia de monóxido de dihidrógeno[1] nos está llevando a la locura en cuestión de días. Creo que antes de que llegue el próximo relevo nos habremos matado entre todos.


[1] Monóxido de dihidrógeno, comúnmente llamado “agua”.

6 comentarios:

  1. Muy bien Eufrasio, el hombre estropeándolo todo, como siempre. Me ha gustado.

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  2. Vaya si te ha inspirado la lluvia ¿eh? ¡qué prolífico!Muy buenos tus micros, enhorabuena Eufrasio.

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  3. Muy bueno e inquietante. Yo había leído: antes de que llegue el próximo relato. Y me ha dado mucho miedo.

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  4. Veo que la lluvia te hace contar obejas eléctricas y rescatar del sueño micros contundentes.

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  5. uy, futuro catastrófico, ¿hablas de Marte o de nuestra propia Tierra? jeje

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