miércoles, 28 de septiembre de 2011

EL ANTÍDOTO

Lavinia se esconde cuando oye la llave en la cerradura que anuncia la llegada  de Mario: detrás de una puerta, debajo de una mesa, en un rincón de la cocina..., siempre encuentra un lugar nuevo para que a él le resulte difícil encontrarla. Después vienen las risas, los besos y los abrazos.
También suele disfrazarse y fingir que es otra y que él es otro, que son dos desconocidos que se encuentran y se desean por primera vez. Esos juegos lo vuelven loco a Mario que la ama apasionadamente como a otra porque le recuerda tanto a ella.
Las llamadas de teléfono disparan su imaginación y ambos encuentran siempre una ocurrencia, una gracia, una forma nueva de establecer el contacto y ríen juntos a traves de las redes transmisoras de los modernos aparatos que casi no entienden.
Este año celebran sus cincuenta años juntos y están ilusionados como niños preparando la gran fiesta. Se diría que el tiempo y sus achaques se desvanecen cada tarde cuando empieza el juego...

8 comentarios:

  1. Pues no sé, Mag, lo había escrito así y me gustaba como quedaba.

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  2. Que afortunados encontrar la manera de conservar "la magia" 50 años. Muy bueno, aunque se echa de menos a Leocadia.

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  3. Maga, no retires tus comentarios que a lo mejor tenías razón.
    Gracias, Yolanda. Leocadia volverá, lo que pasa es que ahora no tiene tiempo porque está muy atareada con el inicio del curso.

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  4. Que juguetones!! Hay personajes en relatos breves que enseguida cobran vida y los puedes imaginar.Les he puesto cara y alma al instante.Bonito.

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  5. Me ha gustado mucho,Lu. Tierno y conmovedor, además así te hace pensar que el amor existe aunque el tiempo pase.

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  6. Que bonito poder llegar a esos años de esa manera. Muy tierno Lucrecio

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  7. Me ha encantado volver a leer a Lucrecia. Tu relato es mágico.

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  8. Muy bueno Lucrecia. Hermoso tema narrado con buen pulso.

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