miércoles, 13 de julio de 2011

EL PERDÓN. Por Alberto Marrone

     Leonardo sentado en el sillón de la sala mira por la ventana, sin ver nada exactamente. Habla poco, con un gran desánimo, con sus ojos húmedos y con el corazón oprimido. Desde el día del accidente, sus piernas entumecidas, pesadas, no responden a las órdenes de su cerebro. Sus sentimientos fluctúan entre el arrepentimiento y la bronca. ¿Por qué había salido con su amigo en esa noche de lluvia?, ¿por qué habían tomado de más en ese bar, junto a las chicas? Pasan los días, las semanas y Julio su amigo de la infancia no lo visita y tampoco lo llama. Leonardo lo ve desde su casa, siempre con la cabeza baja, siempre ocultando su rostro, siempre sin siquiera levantarle la mano para saludarlo. Preguntas y más preguntas. Hoy es sábado a la noche y otra vez llueve, y otra vez Leonardo ve los pasajes de una película en la que él fue protagonista, otra vez sábado, día de salida de jóvenes y adolescentes. Otra vez a la misma hora Leonardo se dispone a cenar. Suena su teléfono móvil, es la voz conocida de Julio, su amigo, que compungido, casi llorando le ruega que lo perdone, que nunca pensó que esto sucedería, que siente mucha culpa. Leonardo queda mudo, sin palabras, solo atina a decirle, vení, te espero…….
     Cuando corta la llamada, la madre de Leonardo entra en la sala para buscar a su hijo a cenar, su rostro esta mas pálido que de costumbre, cuando le dice: Julio murió esta tarde………

2 comentarios:

  1. Muy buen relato, Alberto. Siempre me ha gustado tu exactitud y rotundidad en las palabras y ahora no iba a ser menos. Sólo me atrevo a tildarte, desde mi modesta cultura ortográfica, "tomado de mas" y "veni". Seguro que había temporal en el charco y han naufragado durante el trayecto.

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  2. Alberto que bueno encontrate por aquí, muy triste tu relato, describe de una forma muy profunda la rotundidad de la tragedia.

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